Julio

Cezanne Cardona Morales

Todavía recuerdo los juegos en las marchas. Después de gritar consignas de libertad y alzar el puño izquierdo, como todo un verdadero revolucionario, los niños nos reuníamos a jugar. Arreglábamos el mundo en poco tiempo: ganaban los indios en vez de los vaqueros, los pobres en vez de los ricos, los negros en vez de los blancos, el socialismo en vez del capitalismo y, al fin, dejábamos de ser una "maldita" colonia.

Mami me dejó en casa de mi abuela temprano en la mañana y antes de irse le pedí que me trajera un juguete. No especifiqué cuál, aunque sabía que mami no me compraría soldados, ni pistolas, ni vaqueros. Estuve todo el día esperando, y cuando la vi llegar no la dejé bajar del carro pendiente al juguete. Pero no me gustó lo que me trajo: era un nadador de plástico con chapaletas, traje de baño y "snorkel", que movía sus brazos después de darle cuerda.

Lo tiré al suelo con fuerza y me fui al cuarto llorando, arrepentido por mi propia...

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