El síndrome del coquí

WALDEMAR RAMÍREZ

CONSULTOR EMPRESARIAL

Durante las exposiciones de los visitantes sentimos que nos sube la adrenalina, con un deseo inmenso de aplaudir en apoyo a las ideas y las soluciones que nos van allí desvelando. Casi se nos escapan gritos de "¡es lo que yo vengo diciendo!" Y al final, coctelito en mano, buscamos el espacio para felicitar a los conferenciantes. Quizás inclusive para tomarnos una foto con ellos.

¿Y qué hacemos con lo que allí hemos escuchado? Algunos comentarán la experiencia por unas semanas. Otros inclusive harán suyas algunas sabias frases dichas por algún conferenciante, y hasta las repetirán frecuentemente como nuevos "mantras". ¿Pero qué acción transformadora, para su empresa o para nuestra economía habrán de generar e implantar como consecuencia de la experiencia? Temo que conozco la respuesta. Quizás la pregunta correcta debe ser "¿por qué la ausencia de acción?" En efecto, ¿por qué nada cambia?

Algunos alegan que la razón es que los asistentes a estos eventos, muchas veces solitarios representantes de su organización, no tienen a nivel individual poder para iniciar cambios. Inclusive que quizás asisten como premio que le da su patrono, sin esperar nada a cambio. Otros, aunque fueron...

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