Que no, que no

Félix Jiménez

Primero, la voz del hombre -con musiquita de "presta-atención-que-esto-te-conviene" en el fondo -recita su oracioncita consuetudinaria, pa' que te despiertes divino y bendecido antes de que se proceda a insultar al político de turno más tarde en la misma estación. Quiere tu paz, pero en sus términos, y tu todavía cepillándote los dientes, tragando seco, te maravillas de su devoción y de su osadía de mezclar, tan temprano en la mañana, dentrífico con devociones.

Después, en minutos, habla la mujer que quiere conducirte por senderos maravillosos sin embotellamientos, por la gracia del Señor. No no no no no, no se levanten tarde, que no les agarre las sábanas, no den vueltas y vueltas en la cama, que el tapón en la 52 está como nunca, y en la 30 también. Entonces, como quien sí quiere la cosa, la voz nada meliflua entona -sí, entona- una pequeña oración, un rezo vivo por los vivos que están en la casa, prestos a partir. Y en triunvirato triunfalista, el artista residente, el Cantante Positivo, siempre positivo llega con la misión de...

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