La contra-degradación

RAFAEL A. TORRECH SAN INOCENCIO

HISTORIADOR

¿Qué hacer contra la degradación? Podemos auto-degradarnos colectivamente en el agrio e inconsecuente cinismo que tanto nos gusta. Podemos degradar a todos los gobernantes en orden cronológico, o sólo a aquéllos del otro partido. Podemos degradar a la banca y a los bonistas, que, a fin de cuentas, nos prestaron lo que les debemos. O podemos degradar al País como colectivo, tirarlo a pérdidas, sepultarlo bajo la lápida de olvido y mudarnos a un nuevo mundo mágico.

Lo fascinante, sin embargo, es que la degradación es una coyuntura de valoración. Una posibilidad para terminar con nuestra adictiva dependencia, y con esta perjudicial ilusión de seguridad que nos permitió hacer maromas en el impune trapecio de la mentalidad colonial. La degradación nos obliga, por primera vez en mucho tiempo, a pensar como un país, y no como el parásito de otro.

Todos, en nuestra vida cotidiana, podemos hincharle el ojo a la degradación. Podemos revertir su daño y devolverle al país sus haberes, sus recursos y su autoestima.

Con degradación o sin ella, Puerto Rico recibirá más de mil quinientos millones de dólares anuales en asistencia nutricional de Estados Unidos. Cualquier país con tan generosa ayuda habría creado una pujante industria alimentaria local. Sin embargo, más del 85...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR