Sentencia de Tribunal Supremo de Justicia de 25 de Junio de 1904 - 7 D.P.R. 309

EmisorTribunal Supremo
DPR7 D.P.R. 309
Fecha de Resolución25 de Junio de 1904

7 D.P.R. 309 (1904) EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO Córdova v. Santisteban Chavarri & Co. Et Al.

Apelación procedente de la Corte de Distrito de Arecibo.

No. 30.-Resuelto en Junio 25, 1904.

EXPOSICION DEL CASO.

En el juicio seguido en el Tribunal de Distrito de Arecibo, entre partes, de la una como demandante Don Francisco D. Córdova y Stewart, mayor de edad, casado, vecino de Utuado, por su propio derecho, y de la otra, como demandados, la Sociedad Mercantil de esta Capital Santistebán Chavarrí y Compañía y Don Pedro Rivera Collazo, mayor de edad, viudo, vecino de Utuado, y en rebeldía, sobre tercería de dominio; cuyo juicio pende ante Nos á virtud de recurso de casación, hoy de apelación, interpuesto por el tercerista contra la sentencia que dictó el referido Tribunal, habiendo representado y dirigido á la parte recurrente ante esta Corte Suprema el Letrado Don Felipe Casaldúc Goicoechea y á la sociedad recurrida el Letrado Don Antonio Alvarez Nava, sin que haya comparecido Don Pedro Rivera Collazo.

Resultando que siendo dueño Don Pedro Rivera Collazo de una finca rústica situada en el barrio de Caonillas-arriba, término de Utuado, compuesta de doscientas cuerdas con ochenta y tres céntimos de otra, de cuya finca adquirió la mitad de su hermano Don Manuel Praxedes Rivera Collazo, por precio recibido de cinco mil pesos, mediante escritura pública otorgada en seis de Febrero de mil ochocientos noventa y siete, dió sesenta y cinco cuerdas á la sociedad mercantil Roses y Compañía, en pago de un crédito por escritura pública otorgada en siete de Agosto de mil novecientos, y por otra escritura posterior de catorce de Noviembre del mismo año, hipotecó cuarenta cuerdas á favor de Don José María Lafontaine y Pagan, para garantir el pago de un crédito de mil quinientos dollars, que se obligó á satisfacerle el treinta y uno de Enero del año siguiente ampliando la hipoteca á trescientos dollars más para gastos y costas, en caso de litigio.

Resultando: que por escritura pública otorgada en la ciudad de Utuado, en siete de Agosto de mil novecientos, por ante el Notario Don Francisco Y.

Náter y Rivera, Don Pedro Rivera Collazo vendió á Don Francisco D. Córdova cincuenta cuerdas de terreno de la finca ya expresada de doscientas cuerdas y ochenta y tres céntimos de otra, por precio de mil ochocientos pesos oro americano, cantidad que el vendedor confesó haber recibido con anterioridad, habiendo sido inscrito tal documento en el Registro de la Propiedad de Arecibo, con fecha doce de Diciembre del propio año.

Resultando: que la sociedad mercantil de esta Capital Santisteban Chavarri y Ca., en escrito de tres de Diciembre de mil novecientos, solicitó del Tribunal del Distrito de Arecibo, despacho de embargo preventivo contra Don Pedro Rivera Collazo, sobre las noventa y cinco cuerdas ochenta y tres céntimos de otra que le quedaban de la finca de doscientas cuerdas con ochenta y tres céntimos, después de segregadas las sesenta y cinco cuerdas dadas á Roses y Cia., en pago de crédito y las cuarenta cuerdas hipotecadas á Don José M a. Lafontaine, embargo tendente á perseguir el cobro de dos mil doscientos veinte y siete pesos noventa y ocho centavos moneda provincial, ó sean 1,336 pesos 79 centavos, oro americano, que les adeudaba Don Pedro Rivera Collazo, por capital é intereses liquidados en 30 de Noviembre del mes anterior, procedentes de siete pagarés, todos firmados por él, y tres de ellos suscritos también por Don Francisco D. Córdova, habiéndose decretado el embargo solicitado, en auto de 5 de Diciembre citado, diligencia que se hizo extensiva á una finca de 16 cuerdas que poseía en condominio Don Pedro Rivera Collazo con Don Francisco D. Córdova.

Resultando: que en veinte y nueve de Mayo de mil novecientos uno, Don Francisco D. Córdova, representado y dirigido por el Abogado Don Felipe Casuldúc Goicoechea, presentó ante la Corte de Distrito de Arecibo, demanda de tercería de dominio contra la sociedad mercantil Santisteban Chavarri y Compañía y Don Pedro Rivera Collazo, alegando que de los terrenos embargados á instancia de la referida sociedad le correspondían cincuenta cuerdas, según la escritura otorgada á su favor por Don Pedro Rivera Collazo, en siete de Agosto de 1900, inscrita en el Registro de la Propiedad, cuyos terrenos en unión del condominio que en otra finca de diez y seis cuerdas tenía Don Pedro Rivera Collazo, se habían mandado sacar á pública subasta en juicio ejecutivo seguido por la referida sociedad contra Rivera Collazo, según providencia de primero de Mayo citado, señalándose para la subasta el día treinta del mismo mes; é invocando como fundamentos de derecho los artículos 348, 349 353 del antíguo Código Civil, los 1,530, 1,533, 1,534 y 1,535 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, el 44 de la Ley Hipotecaria, las sentencias del Tribunal Supremo de España de 9 de Mayo y 23 de Septiembre de 1873, 17 de Junio de 1875, 5 de Abril de 1878, 10 de Octubre de 1882 y 19 de Febrero de 1886, y la Orden General No. 118, serie de 1899, concluyó con la súplica de que se dictara sentencia declarando que la finca de cincuenta cuerdas de terreno, á que se refiere la escritura expresada, de que acompaño copia, es de su exclusiva propiedad, lo mismo que sus frutos, dejándola, en consecuencia, á la libre disposición del tercerista, con las costas á cargo del que no se allanare á su pretensión.

Resultando: que citados y emplazados Santisteban Chavarri y Cia. y Don Pedro Rivera Collazo, éste fué declarado rebelde, por no haber comparecido en término legal, y la referida sociedad, al contestar la demanda, se opuso á ella y además formuló reconvención, concluyendo con la súplica de que se declarara sin lugar la tercería, y nulo ó rescindido el documento en que se funda por ser simulado y hecho en fraude de acreedores, cancelándose en el Registro de la Propidad las inscripciones que como consecuencia del contrato simulado se hubieren realizado; y en el supuesto de que no se accediera á esa pretensión, sea condenado Don Francisco D. Córdova á pagar á Santisteban Chavarri y Cia. la suma de seiscientos cincuenta pesos provinciales, ó sean trescientos noventa dollars é intereses convenidos y devengados de la obligación mancomunada y solidaria que adeuda con el Rivera Collazo, disponiendo que por dicha suma é intereses, quede subsistente el embargo de las cincuenta cuerdas cuyo dominio reclama Córdova, y que se consideren como embargadas á éste.

Resultando: que en apoyo del primer extremo de la súplica de su contestación alegó la sociedad Santisteban Chavarri y Cia que el contrato de venta del predio de cincuenta cuerdas de terreno por Don Pedro Rivera Collazo á su hermano político Don Francisco D. Córdova, era simulado y hecho en fraude de acreedores, pués esa venta se hizo con el mayor sigilo y por mucho ménos valor que el que la finca tenía entonces, á un hermano político que era casi indigente y que no pudo pagar el supuesto precio de mil ochocientos dollars; que tal venta se realizó precisamente en siete de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR