El 'nosotros' que añoro

ANDRÉS CANDELARIO

ESCRITOR

Digo "nosotros" y sólo veo unas fotos amarillentas que cuelgan en un pasillo de mi casa, como el anuncio despintado de un producto en desuso, largamente desaparecido del mercado. Busco en la memoria el espacio donde forjé el primer "nosotros", el cubículo entrañable del amor filial, el ámbito de la primera palabra y el primer asombro y me pierdo en un horizonte sin límites, desarbolado y frío.

Trato de rescatar el escenario campesino de mi niñez, el ámbito primigenio de mis aventuras montado en aquel mítico caballo de palo y sólo atisbo entre la bruma de las historias contadas, un paisaje de desolación cubierto de malezas donde antes se erguía, confortable y cálido, el viejo caserón familiar.

Cuando pienso en el mundo escolar de mi adolescencia, el "nosotros" queda reducido a un par de septuagenarios que hace más de cinco décadas lograron carenar en Puerto Rico, luego de una dolorosa travesía del estrecho de la Florida.

Hoy, a uno de los dos, lo tengo frente a mí. El viejo amigo de toda la vida, el hermano de ideales, al compadre. Le miro el rostro ajado por los años y el "nosotros" explota en mis recuerdos más remotos hasta los escenarios más recientes de naturaleza patriótica, cultural o familiar, aquí en esta orilla tan parecida a la otra. ¿Cómo fue posible haber permanecido juntos desde la adolescencia pueblerina, la juventud de las militancias cívico-religiosas, y más tarde, lejos de la patria, a lo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR