Abuelastro

SILVESTRINA RODRÍGUEZ COLLADO

PROFESORA DE PERIODISMO

¿Qué hace una niña de 7 años de edad, un día normal en cualquier parte del mundo? Seguro que va a la escuela, donde aprende lo pertinente a un primer o a un segundo grado. Luego, cuando llega a su casa, seguro que juega con sus muñecas, ve la televisión, comparte con su familia. En fin, es feliz en el paraíso que representa esa etapa de su infancia.

Así debe transcurrir un día normal para una criatura de esa edad en cualquier lugar de este planeta. Pero, en Bayamón, Puerto Rico, a una niña de 7 años, desde enero de 2011, se le transformó su paraíso en un infierno. Ya no juega, no ríe, no puede concentrarse en sus tareas escolares, porque tiene miedo.

La aterra un sujeto que dice ser su abuelastro. Un ser mezquino que la tocó, abusó de ella, le arrebató la inocencia, le mancilló su frágil humanidad, le marcó para siempre su existencia.

Ese abuelastro, de 59 años, llegó en diciembre de la guerra, desde Afganistán, donde se desempeñaba como ayudante del capellán, puesto...

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