Abusos contra menores que minan la Iglesia

Por Brunymarie Velázquez

brunymarie.velazquez@elnuevodia.com

En semanas recientes, dos casos han vuelto a alarmar a los círculos religiosos y al país. Uno de ellos es el del predicador evangélico Leo de la Rosa Merán, quien aceptó culpabilidad y enfrenta una sentencia federal de hasta 40 años por coaccionar a una menor de 17 años a tener relaciones sexuales y le pidió fotos donde apareciera desnuda.

El caso más reciente involucra a un alto oficial de la iglesia católica. Se trata del ahora exnuncio apostólico en República Dominicana, Josef Wasolowski quien, según más de cinco menores narraron a las autoridades, les pagaba para que sostuviera relaciones sexuales con él. Denuncias anónimas en su contra provocaron una investigación del Vaticano y de las autoridades dominicanas, y culminaron con su destitución.

Wasolowski era embajador del Vaticano y, para Puerto Rico, el intermediario entre los obispos de la Isla y el papa.

Ministros de diferentes denominaciones afirman que esta conducta deshonesta -cuya difusión ha recorrido el mundo- atenta contra la función de ayuda social de las iglesias, que hacen grupos de apoyo a matrimonios, dan servicios de rehabilitación para personas con problemas de adicción, recogen alimentos y ropa para ayudar en casos de desastres naturales, coordinan ayuda para jóvenes y tienen grupos de asistencia psicológica, entre otros.

"En momentos de crisis buscamos espiritualidad, aunque no creamos en Dios, y este tipo de casos hacen que las personas identifiquen a Dios con el abusador. Eso hace que las personas no busquen más de Dios", explica el pastor evangélico Pablo Jiménez.

La gente que va a la iglesia ve al ministro como un instrumento de Dios y de bendición a su vida y, cuando es abusado, siente que Dios mismo la ha abandonado, asegura el reverendo.

"Se afecta lo que es el testimonio, la honestidad, la integridad. La transparencia que debe caracterizar a un líder sí se afecta porque eso no debe ser la conducta ni de un sacerdote, ni de un ministro de ninguna religión", opina Iris Nanette Torres Padilla, pastora de la Iglesia de Jesucristo El Caballero de la Cruz, en Bayamón.

"Es una vergüenza, y debe caerle todo el peso de la ley. No son personas que me representan porque yo me cuido. Hay mucha gente con problemas de salud mental", expone la pastora.

El impacto negativo no se limita a los feligreses y llega, incluso, a personas que no frecuentan los templos. Es el caso de Javier Ruiz. Afirma que, en un momento de...

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