Acertada aventura mitológica

Por Juanma Fernández-París

Especial El Nuevo Día

Pero hoy llega a nuestras salas "Wrath of the Titans", dos años después de que su predecesora fuera destruida por su uso innecesario de la tecnología de 3D. Y si Warner Brothers se dio la misión de producir esta secuela para tratar de callar a todos los que protestaron por esto, perdieron el tiempo. Aquí al igual que en el otro filme, el uso del 3D es totalmente innecesario.

Los que estén buscando entretenimiento escapista tendrán mejor suerte, esto excluye a todos los que tengan una fascinación particular por la mitología griega dado que las libertades que se toma este guión son aun más grandes que las de la oferta anterior.

Todavía así, evaluando la película estrictamente como una aventura con elementos fantásticos, el filme logra igualar la experiencia cinematográfica de la anterior y mejorar su contexto dramático y el uso de su talentoso elenco principal. En esta secuela la participación de Liam Neeson y Ralph Fiennes es mucho más destacada. Sam Worthington logra demostrar que es más que la masa de músculos que se enfrenta a criaturas fantásticas. A esto se le añaden las excelentes aportaciones de Bill Nighy, Edgard Ramírez y Tobby Kebbel, logrando que el talento humano compense las limitaciones del 3D.

El otro acierto es el ángulo dramático que ha sido impuesto sobre una trama que vuelve a utilizar el mismo concepto del filme anterior. Años después de que Perseus triunfó y salvó a la...

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