Ser y actuar

GIUSEPPE ZAFFARONI

PROFESOR DE FILOSOFÍA DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA

La primera ha sido expresada de manera muy clara por monseñor Álvaro Corrada del Río en las páginas de El Visitante: "La persona humana no se gana la dignidad, es un don y un regalo de Dios. Así entendida, la dignidad no la da ni la quita la condición social o económica, no la dan ni la quitan las virtudes ni los defectos, no la da ni la quita la fuerza o la debilidad, ni puede otorgarla o suprimirla sistema de gobierno alguno".

En otras palabras: Madre Teresa de Calcuta, en cuanto persona, no tiene más dignidad que Hitler. Según esta visión, actuar bien o mal no afecta al reconocimiento de la dignidad de la persona e implica un trato igualmente respetuoso para todos. Ello no impide, sin embargo, que una sociedad pueda y deba juzgar las diferentes conductas, censurando una y promoviendo otra: quisiéramos más Madres Teresa y menos Hitler. Y por eso, de manera coherente, deberíamos favorecerla, en las leyes y en la educación.

La segunda visión, que tiene raíces culturales diferentes, desde el conductismo en psicología al existencialismo y el pragmatismo en filosofía, reduce al ser humano al conjunto de sus acciones. El famoso lema del existencialismo, "la existencia precede a la esencia", se traduce...

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