'Adamari va a ganar'

Por Patricia Vargas CASIANO

pvargas@elnuevodia.com

Sin embargo, tras haber brillado en las primeras galas de la competencia que emite Univision, en la edición pasada la actriz cometió unas fallas de sincronización en su primer baile que provocaron que cayera en el grupo de los amenazados de la noche. Tras su segundo baile, el jurado la salvó.

La maestra, quien sueña con volver a tener un encuentro con la Adamari, confesó que en ese momento tuvo miedo de que fuera puesta en peligro.

"Se equivocó varias veces, pero a ella le dieron el peor baile de la noche, no se pudo lucir. Era una coreografía sencilla que cualquiera podía ejecutarla y a lo mejor Adamari se confió demasiado y eso no se puede hacer", sostuvo la profesora.

A pesar del susto, para Nydia no hay mejor bailarina en la competencia que la boricua.

"Adamari va a ganar, no tiene competencia. La veo en televisión y le grito '¡vas bien!'. La aplaudo y lloro de la emoción. Lo único que no puede hacer es engordar porque es chiquita y se le refleja en las caderas y la carita, pero en el baile está perfecta; levanta los brazos bien colocados y apunta bien los pies. La preparé en ballet, flamenco, jazz y acrobacia, porque quien estudia conmigo aprende de todo. El jurado le dijo algo que a mí me dijeron una vez cuando trabajé con Jimmy Durante: 'eres pequeña, pero en el escenario te creces' ", afirmó.

Lo que sí no le gustó nada a Nydia fue cuando la actriz invitó a cantar a su exesposo Luis Fonsi en el programa.

"Eso fue como rebajarse y ella no lo necesita, que mejor ni lo mencione".

Nydia, quien fundó su academia en Caguas en el 1952, en la que todavía imparte clases de baile y piano los sábados, fue además quien llevó a Adamari a Telemundo para actuar por primera vez.

"Tenía como nueve años cuando me solicitaron a una de mis bailarinas para actuar en una novela que protagonizaba Marilyn Pupo y yo hacía de maestra de piano. Pero Adamari que era bien picoreta, quería hablar. Así que un día el productor me pidió una nena que dijera unas líneas para otra novela y la sugerí. En adelante la llevaba a buscar vestuario, la peinaba, le practicaba sus libretos. A veces me porfiaba, porque quería decir sus líneas a su manera, pero después el director le hacia ver que estaba equivocada. Estuvo conmigo hasta que la contrataron en Venezuela y su tía se convirtió en su manejadora. Ella me decía mamá"...

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