Adiós al 'solo para hombres'

Por Keila López Alicea

keila.lopez@elnuevodia.com

Los límites no existen y es así como, cada vez más, las mujeres se han adentrado en los campos laborales que una vez se pensó que solo podrían ser ocupados por hombres. Atrás quedaron los días en que se pensaba que la fuerza corporal de un hombre era indispensable para ser agricultores o que solo la inteligencia generada por un cromosoma Y creaba las destrezas necesarias para liderar un país.

"El hecho de que la mujer puertorriqueña esté más activa, más de lleno en la fuerza laboral, es una consecuencia natural del mundo en que vivimos", indicó el secretario del Trabajo, Miguel Romero.

Esas presiones externas y la confianza en sí mismas fueron las que empujaron a tres mujeres -muy diferentes entre sí- a romper esteoreotipos y seguir sus pasiones para adentrarse y sobresalir en profesiones que por décadas llevaron el sello de "solo para hombres".

Aquí sus historias:

Con envidiable destreza y agilidad comparable a la de una acróbata, Johanna Félix Báez sube los estribos del camión blanco. Gira hacia un lado y hala la puerta con una mano, mientras sujeta con la otra mano el tubo de metal que la ayuda a mantener su balance. Así se adentra a la cabina del camión con el cual gana el sustento de su familia y reta los estereotipos de quienes se adentran al mundo de los vehículos pesados y el manejo de carga.

Madre de cuatro hijos entre los 15 y los 7 años, Johanna conoció a su esposo a través de los camiones. Con picardía relata que primero se acercó a él por el camión que guiaba y luego fue que se interesó en el conductor.

"Yo traía eso desde chiquita, siempre me gustaron los camiones. Fue mi esposo quien me enseñó a guiarlos, aunque a principio él no quería", relató la mujer de 31 años.

Con mucha determinación y par de lágrimas en el camino, Johanna obtuvo su licencia "heavy" hace 6 años y desde entonces no ha dejado de trabajar moviendo carga de un lado de la Isla para el otro. Conoce a la perfección los trucos para correr sin sustos por el expresó Luis A. Ferré entre Cayey y Salinas y sabe que debe tener los ojos bien abiertos cuando transita por una concurrida vía para evitar "las maromas" que cometen los demás conductores.

"Yo no espero que me traten diferente por ser mujer. Llego al muelle y espero mi turno para recoger mercancía. Si hace falta ayuda, yo trabajo para cargar o descargar (el camión), nada de que 'yo no puedo hacer eso porque se me parten las uñas'. Yo no me quedo cogiendo aire...

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