La AEE y la politiquería

JUAN E. ROSARIO

REPRESENTANTE DEL CIUDADANO EN LA JUNTA DE DIRECTORES DE LA AEE

Todo ello, a pesar de la famosa urna once que apareció llenita de boletas: nuevecitas y nítidamente empaquetadas, todas contra nosotros. Cuando ni eso funcionó al "honorable" secretario del DACO se le ocurrió la genial idea de nombrar una comisión para determinar la "idoneidad" de nuestras candidaturas. ¡Después que habíamos ganado las elecciones! Prevalecimos. Entonces, La Fortaleza no quería certificarnos. Para juramentarnos en la AEE, de 20 abogados no apareció ni uno.

¿Qué estaba pasando allí que fuera tan grande, tan grave y tan malo que había que impedir de todas maneras que llegáramos a ocupar dos de las nueve sillas de la junta? Inmediatamente comenzamos a trabajar. No pasó mucho tiempo para que fuera evidente el problema. Los políticos han secuestrado la AEE. Poco a poco, sus personeros han ocupado puestos clave dentro de la corporación. Al final de cada cuatrienio, cuando logran controlar la junta, porque vencen los términos de los nombrados por el gobierno anterior, la AEE se convierte en un verdadero festín para el gobernante de turno.

A las pocas semanas de nuestra llegada ya dos miembros de la junta habían renunciado en medio de serios señalamientos. Por primera vez, el pueblo tuvo la oportunidad de escuchar a sus representantes explicarles la verdad frente a la...

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