Aflora vida en Casa Providencia

Por Josefina Barceló Jiménez

jbarcelo@elnuevodia.com

La hermana María Socorro Sandoval, directora de Casa La Providencia, explicó que este es un centro residencial, con un programa estructurado que dura 12 meses. Su enfoque es biosicosocial además de espiritual. Trabajan con todas las áreas de la persona: su aspecto sicológico, social, físico, intelectual y espiritual.

"Es para mujeres, de entre 18 a 50 años. No recibimos menores de edad y tampoco las madres con sus niños. Pero si la mujer viene embarazada, el bebé se queda aquí hasta que la mamá termine el programa o tratamiento", sostuvo la hermana Sandoval.

Uno de los criterios de admisión es que las mujeres vayan a Casa La Providencia voluntariamente. "Pueden venir de cualquier sitio; de la calle, de casa de un familiar y hasta de los tribunales. La clientela es de toda la Isla, de todos los niveles socioeconómicos y el servicio es gratis", añadió la directora.

En Casa La Providencia todo es terapéutico. Tienen actividades educativas, formativas, recreativas, ocupacionales y religiosas los siete días a la semana. Cuentan con un equipo multidisciplinario para ofrecer los servicios. Hay trabajadores sociales, sicólogos, consejero en adicción, educadores, enfermera, siquiatra y las religiosas, entre otros recursos que dan sus servicios como voluntarios.

Las residentes reciben terapias individuales, grupales y familiares. También se les dan talleres de computadora, arte, manualidades, belleza, yoga, teatro, quiropráctica y estudios para tomar los exámenes de 4to. año, a las que no lo tengan.

Siarilly Alvarado es una de las residentes en Casa La Providencia. Lleva dos meses en el programa. "Vine voluntariamente, por mí y mis tres hijos. Me siento feliz. Si Dios lo permite espero graduarme en un año. Aquí hay de todo, hasta me van a dar el examen de noveno y de cuarto año. El ambiente es buenísimo, es bien espiritual. Hay una capilla y asistimos a la misa. Los domingos vamos a la iglesia. También los domingos es el día de visitas, viene mi familia. Ellos se sienten muy orgullosos de mí. Y, por primera vez en mi vida, me siento orgullosa de mí misma", manifestó la joven.

Según la hermana Sandoval, con el programa se trata de ayudar a las mujeres a asumir responsabilidad de sus vidas. En algún momento perdieron el control de sus vidas. La adicción no es el problema. Es llevarlas a que hagan trabajo de introspección, que vean qué las llevó a la adicción o al alcoholismo".

El progreso es por...

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