Agonía por alquileres de corto plazo

Cuando hace más o menos una década, la avenida Jesús T. Piñero -también conocida como la PR-17- fue ampliada para facilitar el acceso a municipios como Carolina y Trujillo Alto desde el expreso Luis A. Ferré, las mejoras escondieron una comunidad decenaria: Dos Pinos.En cierto modo, las mejoras a la PR-17 consolidaron el propósito exclusivamente residencial de Dos Pinos, según consta en la escritura matriz del desarrollo, pero también proveyeron una conexión directa al Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín a través del puente Teodoro Moscoso, propiciando que Dos Pinos al igual que otras zonas residenciales cercanas como University Gardens, Sabana Llana y condominios en la zona queden a solo minutos de la principal conexión aérea de Puerto Rico.En Dos Pinos no hay escuelas, colmados, ni siquiera iglesias. El paisaje vecinal se ve interrumpido, a veces, por letreros plantados en los jardines y balcones que gritan "no alquiler a corto plazo".Un limbo con los permisosA diferencia de las zonas turísticas, donde coexisten casas, apartamentos, hoteles y negocios similares, lo que sorprende y frustra a los residentes de Dos Pinos es cómo en zonas con condiciones restrictivas como la suya haya "short-term tentals" (STR), en español, alquileres a corto plazo.Según el comité de vecinos que se ha constituido para hacer frente a los STR y otros temas que aquejan a la comunidad, al presente, hay ocho residencias, que se anuncian abiertamente en plataformas de viajeros. En conjunto, estas representan 27 unidades de alquiler, en algunos casos, con capacidad para hasta 8 personas. En promedio, los vecinos estiman que estas unidades resultan en la llegada de entre 70 y 75 personas por fin de semana.Según los vecinos, ninguno de estos negocios en Dos Pinos posee permisos del Municipio de San Juan (MSJ) o de alguna agencia, por lo que han interpuesto querellas. El ayuntamiento, a su vez, habría demandado a los operadores ilícitos. Pero a la fecha, no ha habido resultados, dijeron.Un pedido de información de El Nuevo Día al gobierno capitalino no tuvo respuesta.Según Ivette Díaz Marchand, de 67 años, y quien ha vivido en Dos Pinos toda su vida, al igual que algunos miembros de su familia, en un intento por hacer valer las condiciones restrictivas de su comunidad, acudieron a la Compañía de Turismo, pero tampoco tuvieron éxito.En ese sentido, Díaz Marchand dijo que carece de sentido que en lugar de "proteger a los ciudadanos", el estado se centre en que los...

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