Agricultores con escasas opciones

La industria agrícola puertorriqueña es posiblemente el sector económico más susceptible a cambios y eventos climatológicos. Sin embargo, las opciones para asegurar tanto las plantaciones, cosechas y ganados, como la inversión inherente de tiempo y dinero, son reducidas.

El Departamento de Agricultura estimó en más de $45 millones las pérdidas en la agricultura como consecuencia del paso cercano del huracán Irma, que provocó fuertes vientos y dejó entre cuatro y 10 pulgadas de lluvia hace dos semanas. Los daños suponen cerca del 25% de la producción agrícola del país, según el primer ejecutivo Ricardo Rosselló Nevares.

Anteriormente, en 1998, los sectores agrícolas enfrentaron $307 millones en pérdidas atribuibles a Georges, huracán de categoría 3 que atravesó la isla de este a oeste. Las 27 pulgadas de lluvias e intensos vientos dejados por el ciclón devastaron las cosechas de plátanos, guineos y café, además de la avicultura.

Pese al golpe económico que recibe la industria con cada huracán, tormenta e, incluso, período prolongado de aguaceros o sequía, la Corporación de Seguros Agrícolas –adscrita al Departamento de Agricultura– resulta para algunos la única alternativa para asegurar sus cultivos y cosechas.

La Corporación, creada en 1988 en virtud de la Ley 166, provee seguros a la mayoría de los cultivos comerciales, como café, cítricos, frutales, hortalizas, producciones hidropónicas y avícolas, entre otras, explicó su director Javier Lugo Rullán. Las pólizas –que, según el reglamento de la Corporación, responden por daños provocados por inundaciones, tormentas, huracanes o incendios– no son extensivas a los ganados de carne y leche, abundó el funcionario.

Esta representa una de varias limitaciones o deficiencias que, a juicio de varios agricultores entrevistados, arrastra la Corporación de Seguros Agrícolas y que no contribuye a la completa recuperación de la industria luego de un evento atmosférico.

Roberto Atienza, veterano agricultor de Jayuya, dijo haber perdido una joven plantación de café por culpa de Irma. Sus posibilidades de recuperar, aunque sea un centavo de su inversión, son nulas.

“Como (el cultivo) tenía menos de un año, no me los aseguraron”, criticó.

Tanto el dinero y tiempo invertidos, como la expectativa de generar miles de dólares en ganancias, se fueron por la borda. “Un año que se pierde del esfuerzo del agricultor”, lamentó el hombre de 62 años.

Otras de las deficiencias de las pólizas de la Corporación son los...

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