Ahorrar toda una vida para no tener nada

Nota de la Editora: Este es el cuarto de varios artículos acerca del proceso de confirmación del Plan de Ajuste del gobierno central y el impacto que dicha propuesta tendrá en decenas de miles de individuos y empresas en Puerto Rico.Antonio Martín Cervera llegó a Puerto Rico para 1960, en sus años de juventud, y sabiendo que no tendría otros apoyos, a la edad de 22 años, decidió ahorrar para cuando fuera viejo.Trabajó como arquitecto y ahorró cuanto pudo: comprando bonos de Puerto Rico.Según don Antonio, se trataba de una inversión con doble beneficio. Su dinero ayudaba a que el gobierno invirtiera en obra pública y él recibía un rendimiento libre de impuestos para el día de su jubilación. Ello, al prestar dinero a través de una inversión garantizada por la Constitución de Puerto Rico."Aquella era una economía de sueños, de la transformación de Puerto Rico y yo también era un soñador", dijo el arquitecto.Todo marchaba como esperado hasta que para el 2012, el precio de los bonos de Puerto Rico en la alcancía de don Antonio cayó a la mitad.Don Antonio relató que la casa de inversiones donde compró sus instrumentos ofreció oxígeno a bonistas como él recomprando algunos instrumentos, pero con descuentos significativos. Ello, ante el hecho de que muchos "inescrupulosos" utilizaron sus bonos de Puerto Rico como colateral para tomar préstamos, una técnica que se conoce como compras al margen."Nadie fue encontrado culpable", lamentó el hombre haciendo referencia a los eventos que provocaron el colapso del sector de valores en Puerto Rico y que no se ha recuperado casi una década después.Una cachetada tras otraAsí las cosas, cumplidos los 70 años, cuando don Antonio se soñaba retirado, la pérdida de sus ahorros le obligó a trabajar.Cuatro años más tarde, hacia el 2016, don Antonio escuchaba al gobernador Alejandro García Padilla, declarar el impago del gobierno como si fuera "algo gracioso"."Nos llamaban buitres cuando nosotros prestamos el 100% de ese dinero", dijo el ingeniero haciendo referencia a la frase que acuñaron como mote ciertos sectores en Puerto Rico para referirse a los bonistas.Después de todo lo vivido, en el 2018, cuando la Junta de Supervisión Fiscal (JSF), el gobierno y los fondos especulativos que negociaron la deuda de la Corporación del Fondo de Interés Apremiante (Cofina) celebraban la primera reestructuración bajo el Título III de Promesa lo hicieron a costas de trabajadores como don Antonio.El arquitecto pagó cada dólar de...

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