Explosión de alegría y fiesta

América del Sur

Como viajero interesado en conocer otras culturas y sus tradiciones, viajé a Brasil para visitar algunas de sus ciudades. Coordiné el recorrido para concluir la travesía en Río de Janeiro para la fecha del carnaval. Me interesaba saber qué lo hacía tan famoso, cómo es ese ambiente festivo, disfrutarme los bailes y diferentes ritmos de las "escuelas de samba". Estas engalanan las avenidas con la belleza de sus vestuarios y deleitan los sentidos de todos los presentes con sus contagiosos ritmos de tambores, música y bailes. Luego de cuatro días de desfiles, competencias y ante una multitud de observadores que abarrotaron el Sambódromo, resultó ganadora la escuela Unidos de Tijuca, un extraordinario grupo finamente sincronizado y colorido que logró la mayor puntuación.

Luego de disfrutarme los días del delirante carnaval, aproveché mi visita a Río para ver algunos de sus lugares más emblemáticos. Del carnaval y esos destinos famosos les comparto algunas de mis experiencias de ese inolvidable viaje.

A las 8:30 a.m. del siguiente día después del carnaval, tomamos una excursión guiada para todo el día. La primera visita fue a la famosa y prominente montaña conocida como Pan de Azúcar. Fue muy conveniente ir con guía, pues él se encargó no solo de las explicaciones de los lugares famosos, sino que, además, nos gestionó los boletos y facilitaba las entradas y salidas a los lugares turísticos atestados de gente. Para llegar a Pan de Azúcar fue necesario abordar dos telesféricos. Al terminar el segundo tramo llegamos hasta el tope a 1,299 pies sobre el nivel del mar. La emoción de estar en un lugar tan reconocido y tener una vista panorámica de 360° tan espectacular era indescriptiblemente emocionante. Mis lágrimas expresaron mis profundos sentimientos de ese momento tan añorado. Desde esa altura, se veían con claridad las famosas playas de Ipanema y Copacabana, la montaña Corcovado y el imponente monumento al Cristo Redentor.

Concluidas las visitas guiadas del primer día, decidimos seguir por nuestra cuenta y tomamos un taxi hasta la playa de Copacabana. Paseamos por la avenida Atlántica donde abundan los restaurantes y elegantes tiendas. La playa cuenta con personal de seguridad, salvavidas, áreas para jugar voleibol playero y balompié. Además, tiene modernas instalaciones sanitarias construidas en acero inoxidable que ayudan a su durabilidad. La amplitud de Copacabana la hacían lucir como un paraíso para los bañistas y turistas...

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