Alejandro no tiene la culpa

ENRIQUE CRUZ

ANALISTA POLÍTICO

Desde el cuatrienio que comenzó en el 2001 con Sila María Calderón hasta el que terminó con Luis G. Fortuño hemos vivido crisis tras crisis, culpable tras culpable, déficit tras déficit, con aumentos de luz, agua, peajes y otras cosas más.

En esta ocasión ni hay dinero, ni quien nos preste, ni ideas que traigan nuevos ingresos al Gobierno sin meterle la mano al bolsillo de alguien. Puerto Rico está en una encrucijada, en un callejón sin salida o, peor aún, la única calle que le queda es donde está el punto de drogas. Sí, porque todo lo que se les ocurre es cómo captar más impuestos de una economía que vive del consumo, no de los que trabajan sino de los que venden drogas.

El turno le llegó al sistema de retiro, un sistema que desde sus principios arrancó con déficit, un sistema al que prácticamente todos los gobernantes de Puerto Rico, de una forma u otra, les han metido una estocada en el centro del pecho como le hacen a Drácula en las películas. La primera estocada fue la del salario de 36 meses para calcular la pensión, la del 75% de pensión y las otras han sido la cantidad de leyes especiales para combatir la pobreza de los pensionados. Y si a todo esto le añadimos que desde su inicio el sistema no está bien capitalizado, debido a las pequeñas aportaciones del Gobierno y de los empleados, pues ahí están los resultados.

El sistema de retiro del Gobierno de Puerto Rico está hecho a imagen y semejanza de nuestra sociedad. Gastar mucho sin los recursos económicos y trabajar poco. La primera no la tengo que explicar mucho, pero con la segunda no me refiero a que los empleados del Gobierno trabajen poco. El punto de trabajar poco lo menciono porque, ¿quién en la empresa privada se puede retirar a los 55 años con una pensión del 75% de su salario? Nadie. Y si en adición a eso se añade que se fue uno de esos agraciados políticos que al que se le subió el sueldo antes de retirarse por 36 meses, pues esa persona está bien Chemo, digo hecho.

Ahora le toca al gobernador de turno, al último de los 4 que hemos elegido, resolver este problemón que data de los años 50. Mucha gente durante la...

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