Almohaditas

Félix Jiménez

Las elecciones celebradas los 2 de noviembre se conducen en un marco de tenebrosa inquietud. Halloween is over, sí, pero los disfraces se quedan y la transubstanciación toma efecto. De hoy -Día de Todos los Santos- a mañana -Día de los Fieles Difuntos- se traza el destino de algunos que no son santos y de otros que no llegarán a ser difuntos con la premura que algunos quisieran. Los amigos gringos han bombardeado mi Facebook con ruegos de movilización. Piden una ola demócrata. "Start a wave", reclaman, ignorando que aquí en esta isla el voto es tricolor, y sin midterm elections que pongan a temblar a senadores y representantes.

Pero, ¿y si las hubiera aquí también? Si mañana votara todo el mundo en esta isla, el tenor de Puerta de Tierra cambiaría, y posiblemente la intensidad y la productividad de los nuevos encumbrados. Posiblemente Evelyn, Chuchin, Farinacci, Jorge Navarro serían cosa del pasado, relevados de responsabilidades y libres para disfrutar fiestas que no son fiestas, besos que no...

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