El altar de la patria: lo escrito, escrito está

FELICIANO RODRÍGUEZ

SACERDOTE CATÓLICO Y VICARIO DE PASTORAL DE LA DIÓCESIS DE CAGUAS

Hay que decir que la controversia que ha emergido a la luz pública con toda su fuerza en cuanto al episcopado de monseñor González, tiene su detonante, en el fondo, en la molestia expresada por algunos líderes políticos en cuanto al susodicho "altar". No se trata, pues, de devoción católica por tener una iglesia más santa, ni de cuestionamientos con sólidos fundamentos acerca de decisiones de índole moral o doctrinal por parte del arzobispo. Es un asunto puramente político, basado, simplemente, en la idea de que monseñor González no tiene derecho a colocar la palabra "patria" en ningún rincón de la Catedral o incluso del territorio arquidiocesano.

Lo que quedó consignado, precisamente, es que no fue él quien dijo esa palabra en la Catedral por primera vez, sino un predecesor suyo, Juan Alejo de Arizmendi, 200 años antes, en 1809. Después de tres siglos de dominio español, había llegado la oportunidad de tener un primer representante de Puerto Rico en el gobierno de aquella metrópoli. El obispo Arizmendi, el primero nativo puertorriqueño, captó de inmediato el significado histórico del momento y, en el mismo año en que comenzaron las guerras de independencia en América Latina -Bolivia iniciaba las gestas independentistas apenas unos meses antes- le entregó en la Catedral su anillo episcopal a Ramón Power, junto con el encargo de que solicitara en la metrópoli la creación de una universidad, hospitales, caminos y puertos, fomento de la agricultura, comercio e industria y otras encomiendas.

Arizmendi requirió a Ramón Power que defendiera a sus "compatriotas", los "puertorriqueños". Fue la primera vez que se usaran en nuestra Isla esas dos palabras de modo oficial y público. Así pues -y ésa fue la intención del arzobispo González al crear el "altar"- este monumento señala el lugar exacto donde nació nuestra patria, seis décadas antes de que Betances promoviera el Grito de Lares.

Allí, en la Catedral, donde Arizmendi mencionó esa palabra por primera vez refiriéndose a nosotros como pueblo, se gestó la patria, y no en guerras, como ocurrió en tantos otros lugares del mundo, incluido Estados Unidos. A los...

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