Amenaza económica

Por Yaihara Fortis Santiago

Neurocientífica, Universidad de Brandeis en Massachusetts

Puerto Rico es uno de los centros con mayor concentración de talento en la manufactura de productos biomédicos. De hecho, Puerto Rico es la quinta región líder en manufactura farmacéutica a nivel global-solo superada por Estados Unidos, Reino Unido, Japón y Francia. Asimismo, sus sistemas universitarios son mundialmente reconocidos por la calidad de sus investigaciones y por la capacidad, talento y entrenamiento de sus estudiantes en las ciencias e ingeniería.

¿Por qué entonces el sector de las biociencias, vital para nuestra economía, ha venido encogiéndose en Puerto Rico, a medida que se expande a nivel mundial? Porque la manufactura es sólo una pieza del rompecabezas en la industria de las biociencias. Y Puerto Rico, aunque domina el renglón de la manufactura, aún necesita desarrollar otros componentes críticos del proceso de innovación, como lo son la investigación y desarrollo, y la comercialización de tecnologías.

Los expertos coinciden en que Puerto Rico necesita utilizar su posición privilegiada en la manufactura como trampolín para diversificar sus actividades económicas en la industria de ciencia y tecnología. El FCT es la plataforma ideal para transformar el perfil socio-económico de la Isla, al servir como catalítico para desarrollar una economía del conocimiento que derive ganancias de las mentes nacionales.

Para lograr esto, Puerto Rico ha otorgado al FCT unos $ 60 millones provenientes del erario público y de arbitrios federales sobre el ron, para ser utilizados con el fin explícito de establecer y promover una economía del conocimiento saludable.

El FCT también recibió 69 cuerdas de la antigua prisión Oso Blanco, para crear la Ciudad de las Ciencias, que serviría como uno de los ejes del quehacer científico en San Juan.

Sin embargo, en los pasados años la comunidad científica ha observado, nerviosamente, cómo el FCT ha fracasado en su misión. A pesar de tener los recursos, el FCT ha perdido sus facultades de ejecución. Su junta, que por ley debe estar compuesta de una mayoría de científicos y empresarios reconocidos internacionalmente, ha quedado inoperable, casi sin representantes no-gubernamentales, en lo que algunos han interpretado como un esfuerzo por parte del Gobierno de obtener el control mayoritario de este organismo.

Como resultado, el FCT ha perdido su autonomía, quedando vulnerable a los destructivos vaivenes...

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