Amenazas de extinción no han desaparecido

Pese a que hay programas de recuperación en curso desde la década de 1960 y han tenido éxito, Puerto Rico enfrenta las mismas amenazas que llevaron a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a determinar que un millón de especies de flora y fauna están en riesgo de extinción.Los animales y plantas endémicos de la isla están a la merced de los efectos del cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras.A menor escala, se afectan por las alternaciones en el uso de la tierra y el mar, así como explotación directa.Estas amenazas, junto a complejidades biológicas y ecológicas, explican por qué algunas especies de aquí ya se extinguieron, experimentan bajas poblacionales o sencillamente no hay información sobre ellas."No estamos ajenos a lo que pasa en el mundo. Nos afectan el calentamiento global, los cambios en temperatura, las lluvias más fuertes y los huracanes más intensos. Nuestras especies sufren eso, y lamentablemente no todas son historias de éxito", dijo la directora del Programa de Especies Protegidas del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Nilda Jiménez."El llamado es a que las personas busquen más información sobre cuáles son nuestras especies en peligro de extinción, dónde están y qué pueden hacer para proteger su hábitat", expresó, por su parte, la subdirectora de la Oficina de Servicios Ecológicos del Caribe del Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre (USFWS, en inglés), Marelisa Rivera.Ambas agencias comparten jurisdicción sobre las especies endémicas amenazadas y en peligro de extinción. La lista del USFWS la integran 79 especies de Puerto Rico e Islas Vírgenes. La lista del DRNA tiene unas 345 especies, incluyendo animales y plantas "deficientes de datos".Cuando una especie es listada a nivel federal, automáticamente entra al registro estatal, en el que puede recibir, incluso, una clasificación más restrictiva.DOS MENOSPor considerarse extintos, el USFWS está en proceso de sacar de su lista al lagartijo gigante de Culebra, que no se ve desde 1932, y al coquí dorado, indicó Rivera.Sobre este último, Jan P. Zegarra, biólogo del USFWS que trabaja con anfibios, reptiles y manatíes, contó que no se ve ni escucha desde 1981. Recientemente, la agencia, en colaboración con el DRNA, la academia y entidades ambientales, financió un proyecto con el que se colocaron 90 grabadoras para monitorear al coquí dorado, pero no se detectó.Zegarra explicó que la distribución de la especie se limitaba...

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