'Era mi amiga, mi madre y mi cómplice'

POR JEROHIM ORTIZ MENCHACA

jerohim.ortiz@elnuevodia.com

Amigos, familiares y colegas profesionales se allegaron a la funeraria Buxeda ayer para rendir tributo a doña Trina.

"Ella no solo fue la defensora de los confinados, ella fue mucho más que eso. Trina le dio alas a la gente para que pudieran volar", manifestó el expresidente del Colegio de Abogados, Graciany Miranda Marchand.

Doña Trina fue maestra, educadora, trabajadora social y poetisa.

"Su valor era incalculable, prudencia, integridad, tenacidad, paz, paciencia, verticalidad y respeto... todo estaba encerrado en ella", expresó Miranda Marchand.

Recordó el momento en el que doña Trina "salvó" de la silla eléctrica a Salvador Agrón, un boricua que fue acusado de asesinato en Nueva York para el 1980.

Por su parte, Benjamín Van Derdys, hijo de doña Trina, a quien esta adoptó luego de que el padre de Van Derdys muriera y su madre no pudiese hacerse cargo de él, expresó su agradecimiento. "Ella me acogió en su casa y nunca me vio como un hijo adoptivo. Recuerdo que fui a pedirle...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR