Mi amiga Margot...

Gisela Barzaga Jendi

San Juan

Del hospital, donde se encontraba, me llamaron. Cuando la vi la encontré en muy mal estado. Vomitaba sangre y se quejaba de mucho dolor.

Decidí cruzar a mi casa -vivo al lado del hospital- a buscarle algunas cosas que necesitaba para quedarse allí. Antes de regresar al hospital, recibí una llamada de ella para decirme que ya estaba en la casa. Ella había pedido el alta. Le quitaron los sueros y la dejaron ir. Le pregunté a los doctores que la atendieron que cuál era su condición, y ellos me preguntaron si yo era su tutora. Ella no tenía familia. Yo era la persona más allegada. ¿Cómo es posible que esta persona, encontrándose en esas condiciones, la dejaran salir del hospital?

Gracias a la Ley HIPAA nunca pude saber su diagnóstico. ¿A quién ayuda esta ley? ¿A los hospitales y a algunos médicos que necesitan un permiso para cometer sus "errores"? "Errores" que, en el peor de los casos, pueden ocasionar la muerte.

La desgracia de mi amiga no terminó ahí. Al tercer día de ese...

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