AMIGO DE PUERTO RICO

Por Fernando Ribas Reyes

fribas@elnuevodia.com

Obviamente, la celebración del Día de Reyes la aprendió aquí, en Mayagüez, a donde llegó por primera vez en el 1991 para dirigir a los Indios, acompañado por su esposa y sus dos hijos, entonces infantes para quienes otra celebración de regalos -además de Santa Claus- era un buen negocio y, por tanto, una obligación de padres.

Han pasado 22 años desde que comenzó la 'puertorriqueñización' de Kelly, quien desde entonces ha regresado a Puerto Rico muchas veces, siempre a dirigir, ya fuera a los Indios, a los Lobos, a los Senadores y ahora a los Gigantes.

A quien sus pares aquí le llaman en ocasiones Patricio, aceptó a una entrevista de preguntas y respuestas para repasar la historia boricua de este estadounidense nacido y criado en California que vive en el planeta Béisbol.

END: ¿Recuerdas la llamada para dirigir aquí por primera vez?

PT: "Dirigía en el 1991 a Indianápolis (Expos, Triple A) y Frank Wren (ahora gerente de los Bravos de Atlanta) me llamó para decir que había una oportunidad en Puerto Rico. Entonces me llamó Iván Méndez (fenecido expropietario de los Indios) y llegamos a un acuerdo. Vino conmigo como coach de lanzadores Gary Lance. Me sentía cómodo porque Gary conocía mucho la Liga. Pero qué tremenda temporada fue. Recuerdo que San Juan era el Dream Team en ciernes, que Jim Thome jugó con Ponce y que teníamos un talento increíble".

¿Buscaste esa oportunidad o vino sola?

"Mi meta es ser un dirigente de Grandes Ligas. Luego de dirigir Triple A, la meta era dirigir beisbol invernal. Para mí el béisbol invernal es lo más cerca a dirigir Grandes Ligas para un dirigente de liga menor porque estás dirigiendo todas las noches para ganar. En Triple A estás dirigiendo para desarrollar. Pensé que éste era el siguiente paso".

¿Cómo fue Iván Méndez?

"Iván era duro. También era el comentarista de la transmisión de radio. Decía algo sobre el equipo y lo que decía llegada al camerino y los jugadores se enfogonaban. Era un Steinbrenner. Lograba enfogonar tanto a los peloteros que ellos jugaban duro. Querían demostrarle a él. Era muy duro, pero hizo un gran trabajo trayendo peloteros. Eso me hizo entender a los peloteros a cómo saber tratarlos, no de la mala manera, sino de la manera correcta. Cuando comencé tenía muchas energías y un mal temperamento. Me molestaba rápido. Aquí comencé a relajarme y a dejar los jugadores jugar. Fue un gran cambio en mi carrera".

Llegas a Mayagüez a un gran equipo, con...

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