Ídolos y amigos

Por Marcos Billy Guzmán

Especial El Nuevo Día

Bajo el lema "boricuas de pura cepa", los tres amigos interpretaron un poco de material de sus más recientes producciones discográficas. Pero la fanaticada presente quería éxitos y eso fue precisamente lo que recibieron mientras sus artistas entonaban algunos de los temas que los elevaron como ídolos. Ese rango de estrella los ha llevado a abarrotar el Coliseo y ayer no resultó ser la excepción.

Sin embargo, el de anoche despuntó como un concierto diferente y especial para los músicos. No podían ocultar el regocijo por tratarse de su primera velada juntos. En el caso de Ricky Martin, el show también marcó su nuevo junte con Ángelo Medina, quien fue su manejador por muchos años y actualmente está a cargo de las carreras de Tommy Torres y Ednita Nazario.

Como era de esperarse, la emoción se intensificó a lo largo del evento. La audiencia comenzó a gritar tan pronto apagaron las luces y Tommy Torres inició la función al salir del piso de la tarima al ritmo del sencillo promocional Corazón roto. En su usual estilo relajado y acompañado de la guitarra, el intérprete despertó más fervor con éxitos como Pegadito y De rodillas, además del sencillo Nunca imaginé. El artista pareció resumir su carera a través de ocho canciones que fueron coreadas por la muchedumbre.

"¡Qué calorcito más rico se siente aquí! Estamos muy contentos de estar con ustedes en familia y entre amigos", comentó quien cantó detrás del visual de un cuadro e imágenes de palomas, relojes y estrellas.

"Ésta (es una) magnífica idea de juntar a los tres amigos. Les tengo un cariño mucho más a allá de lo profesional. Es gente que ha estado (conmigo) desde el principio. Es una ricura inmensa compartir el escenario con ellos. Son amigos de verdad", sostuvo antes de entonar Querido Tommy.

Desafortunadamente, por momentos, el compositor parecía perder un poco la voz como si su garganta sufriera de resequedad.

Detrás de dos grandes pantallas horizontales y una vertical más pequeña, el próximo turno le correspondió a Ednita Nazario, quien fue presentada por Draco en un mensaje grabado. Arrancó su intervención con el clásico Quiero que me hagas el amor. En este segmento se acarició los senos mientras recorría el escenario entre válvulas de fuego y bailarines que se arrastraban por el piso. La selección del tema elevó al frenesí a la multitud, que no paraba de corear entre carcajadas, miradas sensuales y exclamaciones...

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