Amnistía a narcos

BOGOTÁ.— Durante años, Edison Prado fue uno de los narcotraficantes más buscados por Estados Unidos en América del Sur, un hombre que se inició en el negocio transportando drogas por las traicioneras costas de su Ecuador natal y que llegó a encabezar un pequeño ejército de traficantes con tentáculos en cinco países.

Por ello sorprendió cuando el hombre conocido como el Pablo Escobar ecuatoriano apareció en una lista de rebeldes de Colombia a ser amnistiados.

Su caso y otros como el suyo son el centro de un intenso debate sobre si poderosos capos del narcotráfico y otros delincuentes están tratando de burlar a la justicia explotando los términos del tratado de paz entre el gobierno y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), lo que conspiraría contra un esfuerzo ya de por sí endeble para poner fin a medio siglo de violencia política.

Bajo los términos del acuerdo de paz del año pasado, los rebeldes de las FARC no irán a la cárcel a cambio de dejar las armas y de confesar sus crímenes de guerra ante tribunales especiales. Esto podría conllevar la libertad de miles de guerrilleros que cumplen largas condenas.

Y también puede ser un poderoso incentivo para cometer fraudes en un país plagado de bandas de narcos...

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