Amores en los tiempos del pollo

Por Romeo Mareo

Ya éramos amigos desde antes y seguimos siéndolo luego de que se juntaran sentimentalmente, hasta el grado de que casi todos los días salíamos a almorzar los tres juntos: nada 'fancy', en el come y vete más cercano.

Por lo regular ellos se comportaban de lo más bien y, de hecho, se trataban en público como si fueran meros compañeros de trabajo, para evitar complicaciones. Pero una última vez, por alguna razón, fue diferente.

Estábamos comiendo en uno de esos negocios de comida rápida especializados en pollos cuando, de pronto, Andy pronunció lo que parecía un comentario completamente inocente: "Pero el mejor pollo de este tipo que hemos probado fue aquél que comimos en Fajardo, ¿te acuerdas, mi vida?"

Rosaura se quedó petrificada en el acto de darle un mordizco a una cadera y, con una entonación lenta y siniestra, comentó: "Yo nunca he ido contigo a Fajardo".

Andy entonces hubo de hacer un segundo intento, bastante desaconsejado:

"¿No te acuerdas? Fue hace como dos años, aquel día que estuvo lloviendo todo el tiempo".

Rosaura dio entonces el puntillazo: "La única vez que yo he ido a Fajardo fue cuando tenía como cinco años, que me llevaron a coger la lancha para Vieques".

Y preguntó: "¿No habrás ido con otra y te estás confundiendo?"

En fin, mientras yo me reía bastante en un desesperado esfuerzo por dejarle entender a los demás comensales que en nuestra mesa no había estallado un nuevo frente de la Guerra del Golfo, la Guerra del Pollo rápidamente degeneró a otros temas, incluyendo una acusación de Rosaura en el sentido de que ya ella había notado la forma en que él, Andy, había venido echándole el ojo a esa secretaria nueva que se creía una versión mejorada de Madonna.

Por desgracia, a Andy, que ya estaba hastiado de seguir combatiendo en retirada, se le ocurrió hacer un disparo sorpresa: "¿Y tú crees que yo no me doy cuenta de la forma en que tu lo miras a él?"

Me señalaba a mí.

Cuando se despejó el aroma a pólvora provocado por este ataque venido por un flanco...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR