Un angelito llamado Wall E

Por Roselyn Sánchez

Especial El Nuevo Día

La historia de Wall-E me conmovió muchísimo y me inspiró. Su historia es un milagro.

La leí en un artículo de Discovery News y sucedió en un santuario de perros en Oklahoma. Como en muchos santuarios y perreras por todo el mundo, este lugar tenía demasiados perros y pocas adopciones, por lo que decidieron eutanizar a todos los perros que estuvieran muy enfermos, sin importar las edades.

Un perrito de tres meses mal nutrido, color blanco y negro, fue unos de los que lamentablemente tuvo la mala suerte de ser eutanizado. Su vida iba a ser bien corta, pero el humano propone y Dios dispone. En este caso fue Dios y el espíritu de vida de este perrito sato.

Dicen en el santuario que lo inyectaron para dormir permanentemente en una de sus extremidades y en el corazón. Un examen de estetoscopio declaró que el perrito había muerto. Lo tiraron dentro de un zafacón junto a muchos otros perros, incluidos sus cuatro hermanitos que corrieron la misma suerte. El oficial Scott Prall informó que lo encontraron vivo dentro de la basura y luchando por su vida. Él llama al perro "un ángel", ya que resucitó.

Hoy día es un perrito saludable, lleno de vida y luz. La veterinaria de Oklahoma, Amanda Kloski, cuida por él mientras le encuentra un hogar adoptivo que aprecie que este...

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