Año “crítico” para salir de la crisis

A Puerto Rico le quedan, a lo sumo, unos 10 meses para encausar la reestructuración de su deuda o, de lo contrario, el proceso que se concibió en el Congreso para sacar a la isla de su prolongada crisis económica y fiscal podría quedar en un limbo ante la pronta llegada de otro ciclo electoral, tanto en Estados Unidos como a nivel local.

Pero consumar un acuerdo entre bonistas y la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) será poco probable si no hay información más precisa sobre las finanzas del gobierno puertorriqueño o persisten las dudas en torno a los supuestos macroeconómicos que se utilizaron en el plan fiscal revisado que resultaron en que no se asignara dinero para pagar la deuda pública.

Eso indicaron ayer Rich Cooper, socio del bufete Cleary Gottlieb, y Matt Rodrigue, de la firma Miller Buckfire, durante la quinta edición del Puerto Rico Investment Summit, evento que se celebró ayer en el Centro de Convenciones de Puerto Rico.

Cooper asesoró a la administración de Alejandro García Padilla en el proceso de reestructuración de la deuda, mientras Rodrigue es asesor financiero de la Coalición de Bonistas de la Corporación del Fondo de Interés Apremiante (Cofina).

A pesar de encontrarse en lados opuestos, ambos ejecutivos coincidieron en que el año 2018 será “crítico” para llegar a una solución en el tema de la deuda pública, lo que, a su vez, es clave para asegurar el crecimiento económico de Puerto Rico.

“Han transcurrido 18 meses desde que se aprobó la legislación de Promesa y se instauró la Junta... El progreso ha sido más lento de lo que muchos de nosotros hubiéramos deseado”, indicó Rodrigue, al señalar que el año que apenas comienza será decisivo para el futuro de la isla.

Según Cooper, si no hay progreso sustantivo en torno a las múltiples controversias legales que se disputan en los casos de Título III, en Puerto Rico podría repetirse “el fenómeno” que se produjo en el ocaso de la administración García Padilla.

Una vez García Padilla declaró a mediados del 2015 que la deuda pública de la isla era impagable tal como fue contraída, diversos grupos de bonistas decidieron adoptar una postura de “esperar y ver” a que se diera un cambio de gobierno en Puerto Rico. Esa dinámica podría repetirse ahora, indicó Cooper.

Para el 2016, en lugar de pactar un acuerdo con el gobierno, múltiples fuentes de El Nuevo Día aseguran que los bonistas decidieron acoger las promesas de pago que Rosselló Nevares y sus colaboradores cercanos habrían hecho...

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