Anota por la niñez

Por Mildred Rivera Marrero

mrivera1@elnuevodia.com

Hace siete años fundó dos escuelas de baloncesto en Vega Alta y en Dorado para niños desde los cinco hasta los 17 años.

Allí les enseña no solo las mejores técnicas para dominar el balón, sino que les inculca a sus "jugadores" valores como la importancia de estudiar, el respeto, el compañerismo, la disciplina y el civismo. Además, promueve la amistad y la convivencia entre niños de diferentes clases sociales al organizar juegos de equipos diversos. No es de extrañar que detenga una práctica para recalcar la necesidad de respetarse o llamar la atención para rechazar alguna actitud negativa.

"Me puse a pensar que había que darle algo a la juventud. Aquí se juega mucho, pero no se enseña. Yo quiero enseñar lo básico del baloncesto y les doy beca a los buenos prospectos para que estudien en la universidad Florida International", explica el baloncelista de siempre, de 6'2" y quien luce su inseparable gorra hacia atrás, pantalones cortos y camiseta sin mangas.

Aunque el baloncesto sigue siendo el deporte nacional, junto con el béisbol, la merma en la fanaticada, particularmente en las canchas, podría mejorar si las escuelas públicas le dieran más importancia a los deportes, afirma el sanjuanero, para luego lamentar la falta de maestros de educación física y de equipo deportivo en los planteles.

"Yo creo que se debe empezar a dar deporte después de (el horario de) la escuela. Más en la escuela pública", porque los colegios tienen recursos.

"Donde me llaman, voy y doy clínicas sin cobrar", sostiene Sammy, quien en meses cumplirá 65 años y quien también trabaja con jugadores del baloncesto superior nacional que necesitan mejorar la técnica de tirar.

Ha cambiado mucho el deporte desde que Sammy lo practicó a nivel profesional y olímpico. Menciona la regla de tirar desde la línea de tres puntos -que se adoptó un año después que él dejara ese nivel- así como las sumas de dinero que se pagan y la llegada de la agencia libre que, aunque procuró mejores salarios, promovió el traslado de jugadores entre equipos y con ello acabó con la inseparable inconfundible identificación que existía entre un jugador y un equipo.

Pero para Sammy no caben las comparaciones en ese aspecto, porque todos han tenido su época y toda época ha tenido su valor.

"Al principio, no había mucho dinero envuelto. Jugué en San Juan toda mi vida y cuando (el equipo de) San Juan se fue, me fui a Guaynabo". Recuerda que fue en sus últimos...

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