Antídoto contra el prejuicio

DAVID BERNIER

SECRETARIO DE ESTADO

Cualquier otro mortal en sus circunstancias hubiera maquinado en prisión cómo vengarse por medio de la fuerza de las injusticias sufridas, pero no Nelson Mandela. Alimentando de soledad y de dolor su espíritu para hacerlo más fuerte, más tolerante, se convenció de que la única forma de echar su país hacia adelante era mediante la unidad, y que la única forma de unirlo era mediante el perdón.

"Si quieres hacer la paz con tu enemigo, tienes que trabajar con él para que entonces se convierta en tu compañero", les decía a sus correligionarios, con la fuerza moral que asiste a quien entregó su libertad en favor de la democracia multirracial para su pueblo.

Convertida la incapacidad para llegar a entendidos en uno de los principales problemas de Puerto Rico, la vida de Mandela debe ser para todos nosotros fuente de inspiración y referente obligado. Contrariamente a la separación racial vivida en la Sudáfrica de Mandela, Puerto Rico es un crisol mucho más homogéneo de razas y creencias. Somos, en una gran mayoría, cristianos; asimismo, no somos ni tan liberales ni tan conservadores. Los partidos políticos principales que nos representan acostumbran presentar programas de gobierno casi idénticos. Estamos, no obstante, profundamente divididos.

Aunque no compara ni en forma ni en magnitud con la barbarie del "apartheid", la división política en la isla resulta igualmente nociva a nuestro desarrollo como pueblo. Un sector grita que "la crisis la paguen los ricos"; el otro contraataca llamando a sus adversarios "parásitos del gobierno" o "crápulas". Entre acusaciones de "vendepatria", "comunista" y "colonialista", nadie logra comunicarse ni ponerse de acuerdo. El insulto, glorificado, se ha convertido en pasatiempo, envenenando el debate público y alejando las posibilidades de una concertación entre todas las partes y grupos de interés en el país.

El fanatismo, prejuicio al fin, resulta tan tóxico a la humanidad como el racismo. Consigue que la gente se guarde...

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