A apagar y prender el distanciamiento

Ante la falta de una vacuna o de un tratamiento efectivo contra el COVID-19, las autoridades sanitarias tienen como alternativas para minimizar las muertes aumentar, a largo plazo, la capacidad para atender pacientes en estado crítico y crear un sistema que pueda ir construyendo inmunidad comunitaria contra la enfermedad sin sobrecargar a los hospitales.El distanciamiento social, aunque puede ser exitoso conteniendo los contagios y, por ende, los decesos, a la larga, no necesariamente evita los estragos que puedan causar otras oleadas de infecciones con esta nueva cepa de coronavirus, según un estudio con una serie de simulaciones de propagación del virus hecho por investigadores de la Universidad de Harvard.Los modelos de propagación de la enfermedad muestran que, una vez se eliminen las restricciones de movimiento, los casos aumentarán dramáticamente y la mejor forma de mitigar esa situación es con medidas que provean inmunidad colectiva de manera controlada, sostienen los investigadores."En todos los escenarios, hubo un resurgimiento de la infección cuando se levantaron las medidas de distanciamiento social simuladas. Sin embargo, un distanciamiento social temporal más largo y estricto no siempre se correlacionó con mayores reducciones en el tamaño máximo de la epidemia", sostiene el estudio de los investigadores Stepgen M. Kissler, Christine Tedijanto, Edward Goldstein, Yonatan H. Grad y Mar Lipsitch."La mayor reducción en el tamaño del pico provino con una intensidad y duración del distanciamiento social que dividió los casos aproximadamente por igual entre los picos", añaden.El grupo sugiere que, ante la ausencia de vacunas y medicamentos efectivos, el mejor curso de acción es un sistema que permita flexibilizar o recrudecer el distanciamiento físico, según el nivel de contagios que se detecte en la población. Para lograrlo, se necesitaría robustecer el sistema de vigilancia de COVID-19 con la administración de muchas pruebas de detección de la enfermedad y los anticuerpos.La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que no habrá disponible vacuna contra el SARS-CoV-2 hasta el verano u otoño de 2021. Actualmente, tampoco hay un tratamiento probado contra la enfermedad, aunque sí muchos ensayos clínicos con medicamentos que atienden enfermedades similares al COVID-19.El estudioPara llevar a cabo el estudio, los investigadores usaron las características ya identificadas del COVID-19, en términos de patrones de contagio y mortalidad...

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