Apenas el lunes vino el ofrecimiento

Por Yanira Hernández Cabiya

yanira.hernandez@gfrmedia.com

Ese adagio popular le cae como anillo al dedo a David Bernier, quien por los pasados años estuvo evadiendo una candidatura a la gobernación por el Partido Popular Democrático (PPD) para aceptar ayer la silla de secretario de Estado, posición que lo convierte en gobernador interino cada vez que el mandatario salga de viaje.

El dentista, de 35 años, dijo que aceptó la nominación que le hizo su amigo de tantos años, el gobernador electo Alejandro García Padilla, por su amor al servicio público y al entender que desde su nueva posición es donde mejor puede ayudar al país.

Entusiasmado con nueva encomienda, ayer mismo se reunió con el secretario de Estado saliente, Kenneth McClintock para comenzar esta nueva transición.

¿Cuándo lo llamaron para ofrecerle el puesto?

El lunes me citó a almorzar. Yo no sabía que era para esto. Creía que era para hablar del proyecto de financiamiento del Comité Olímpico. Fue directo. Él me hizo el planteamiento, yo le hice mis preguntas y el concepto que se planteó me resultó muy interesante.

¿Qué concepto es ese?

Si bien es cierto que el deber ministerial del Departamento de Estado hay que ejercerlo a cabalidad, desde el punto de vista personal me entusiasma ser parte del proyecto social que propone el gobernador Alejandro García Padilla. En ese sentido, desde el Departamento de Estado, el secretario puede ser parte de varios proyectos que impacten la vida de mucha gente.

¿Cómo ve esa ejecución desde la silla del Departamento de Estado?

Haremos entendidos específicos con el gobernador para tareas determinadas, proyectos emblemáticos. De igual forma colaborar con la agenda social junto a la secretaria de la Gobernación.

(Sobre asuntos específicos que trabajará como secretario de Estado, no quiso abundar hasta tanto entre de lleno a trabajar con la transición de la agencia).

¿Cómo cambia su vida ahora?

Significativamente. Yo mantenía mi práctica privada (como dentista) así que en ese sentido y con mi familia tengo que sentarme a discutir los cambios, que son significativos. Por eso, cuando uno toma estas decisiones, tiene que estar convencido y entusiasmado de que está haciendo lo correcto. En el caso de los que nos gusta el servicio público, esa seguridad no las da el saber que podemos impactar a mucha gente desde la posición que asumimos.

¿Se ve aspirando a un puesto político en el futuro?

No, no me veo.

¿Esta posición puede ser perfecta para lanzarlo a una...

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