'He aprendido de los golpes'

Por Joanisabel González

joanisabel.gonzalez@elnuevodia.com

Ayer, Maritza Rodríguez Rivera y su conversadora Angélica Sofía, de cinco años, eran todo abrazos y besos, durante un concurrido festival de música en Arecibo a beneficio del Hogar Santa María Eufrasia, que ayuda a jóvenes embarazadas.

"He aprendido de los golpes... pero en todo lo que he pasado en esta vida, Dios estuvo de frente porque tenía algo para mí... Uno no lo ve al principio", agregó la joven de 23 años.

Hace unos seis años, Maritza, natural de Naranjito, llegó al Hogar arecibeño, con una hija en su vientre. En principio, su familia le dio la espalda, pero asegura que un referido del Departamento de la Familia hizo que terminara en "la familia" que Dios le tenía en Arecibo.

"En ese momento (al enfrentar el embarazo), una piensa que está sola, pero aunque la familia no te apoyó, alguien sí lo hizo... Por eso, siempre que puedo, vengo", relató la joven.

Madre e hija eran parte de los protagonistas del séptimo festival musical a beneficio del Hogar, evento que organiza la comunidad para apoyar el trabajo social y humanitario de las Hermanas del Buen Pastor.

Sin mucha pompa, salvo las rancheras y la música tropical de ayer, la congregación ha trabajado en Arecibo por espacio de 25 años. Desde su establecimiento en la Isla, ha brindado apoyo a unas 700 adolescentes embarazadas y a la prole de estas.

"Cada joven es una historia de dolor", dijo sor Gema Bellosa, quien está a cargo de la congregación. "Esto no es un problema de Puerto Rico, es un problema mundial", continuó la salvadoreña.

Según la religiosa, sea Panamá (donde trabajó antes), Puerto Rico o cualquiera de los 65 países donde se ha establecido la congregación, cada mujer es la historia de una familia desintegrada.

"Los niños y niñas están solos. Crecen vacíos emocionalmente y terminan buscando afectos fuera de las paredes del hogar", dijo sor Gema.

A través del mundo, la congregación ayuda a mujeres, víctimas de la prostitución y la violencia doméstica, pero en la Isla solo prestan apoyo a jóvenes embarazadas, labor que también realizan en otros países.

El Hogar ofrece servicios sicológicos, cuidado médico para las jóvenes y los recién nacidos y se les prepara para que estas puedan desempeñarse en el súbito rol de la maternidad. Como parte del proceso de "sanación interior", se ayuda para que las jóvenes restablezcan su relación con su familia biológica, cosa que atestiguó Maritza.

Las jóvenes permanecen en el Hogar...

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