'Aquí siempre está pasando algo'

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

Desde que abrió sus puertas al público "La Casa de los Contrafuertes, espacio de trabajo", el proyecto artístico gestado por Charles Juhász Alvarado en el marco de la tercera edición de la Trienal Poligráfica de San Juan, el abandonado edificio sanjuanero ahora es punto de encuentro para artistas de diversas disciplinas y curiosos de insospechados trasfondos.

Juhász Alvarado recibió la invitación para participar en el evento artístico que inauguró a finales de abril por parte de Deborah Cullen, curadora de la Trienal. De inmediato decidió trabajar en un proyecto que llevaría distintas piezas de arte a ocupar espacios en edificios del casco antiguo ponceño. Sin embargo, la falta de presupuesto -como suele suceder en múltiples proyectos de arte- implicó el tener que replantearse el concepto.

Finalmente, surgió la opción de utilizar el edificio -ubicado en la calle San Sebastián frente a la Plaza San José- que históricamente llevaba por nombre Casa de los Contrafuertes y había albergado anteriormente el Museo de la Raíz Africana. En marzo era un espacio abandonado, lleno de limo y con un pie de agua acumulada en el techo.

"La idea de la Trienal, el concepto, es la idea de la colmena, de la colaboración y mi invitación surge como una oportunidad de ser anfitrión y cuando recibo gente en mi casa procuro arreglarla lo mejor posible", explicó Juhász Alvarado.

Entonces vinieron las mangueras a presión, arreglos en las ventanas, pintura y la creación de muebles pensados expresamente para este proyecto. Todo, con un presupuesto asignado de $ 10 mil. Como es natural, ha sido insuficiente, sin embargo la idea de la colmena ha rendido frutos y los artistas que se han integrado al proyecto han aportado sus recursos y su tiempo para que pueda correr. Porque de correr, corre todo el tiempo. Ese precisamente es el germen del proyecto, el espacio de trabajo vivo.

"El lugar en sí tiene esa calma, es acogedor, tiene una escala que no es institucional", describe el artista para quien la casa ha pasado a ser no solo un lugar de exposición sino un taller de trabajo constante y sonante. Por eso, cada una de las decenas de piezas que ocupan las distintas habitaciones (y que son obra de distintos artistas invitados a su vez por Juhász) se acompañan de una mesa en la que se incluyen materiales de trabajo.

Dentro de eso hay una intención, conocerse mejor como grupo, como generación de artistas trabajando...

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