Armados de solidaridad

Por Iliana Fuentes Lugo

iliana.fuentes@elnuevodia.com

"En este trabajo no hay horas, si me llaman y tengo disponibilidad, voy a ayudarles", aseguró Rafael Lozada, sicólogo clínico voluntario de la Alianza Laura Aponte por la Paz Social (Alapás), organización que ofrece servicios de consejería a personas que han perdido familiares de forma violenta.

Lozada se levanta temprano los sábados para organizar una terapia de grupo que es a la vez "intensa y agradable". Llega a la sede de Alapás en Río Piedras y prepara el salón de actividades, donde forma un círculo con sillas -aunque a veces llegan tantos que el círculo toma otras formas. Poco a poco llegan los participantes, la mayoría padres desconsolados.

Isabel Castejón asegura que ese respaldo que recibe de quienes hasta no hace mucho eran apenas desconocidos le sirve más que la ayuda privada que tiene para enfrentar la muerte de su hija hace casi año y medio. "Yo estoy yendo a un psiquiatra y la diferencia es bastante grande porque el psicólogo es voluntario y se le notan las ganas que tiene de ayudar a otros", contó.

Pero los recursos no dan abasto para intentar sanar las heridas de una sociedad en crisis. En Alapás, por ejemplo, 25 voluntarios y una sicóloga contratada hacen malabares con $ 60 mil anuales para ofrecer un promedio de 200 servicios de consejería, orientación legal, terapias de grupo y otras ayudas al mes. Alapás es apenas una de miles de organizaciones sin fines de lucro (OSFL) activas en Puerto Rico. No se sabe con certeza cuántas hay pues en el Departamento de Estado se les registra junto a las organizaciones con fines de lucro.

La mayoría de las OSFL depende del servicio de personas que ofrecen su tiempo y energías a cambio de la satisfacción de la responsabilidad cumplida. Una encuesta de Estudios Técnicos, firma que realiza investigaciones sobre las necesidades sociales de Puerto Rico cada cinco años, reveló en el 2007 que el 10% de la población dice haber hecho trabajo voluntario. Lo hacen a sus expensas y en silencio.

"Muchas veces, si tú vas a ser voluntario, más vale que te lleves tu propio almuerzo y tu propio bolígrafo", dijo Doris Báez, directora del Centro para el Desarrollo de Voluntarios de la Universidad del Sagrado Corazón. Y a juzgar por lo conversado con otros tantos voluntarios, también se requiere compromiso y empatía.

"Es lamentable que cuando digo soy voluntaria de tal sitio me dicen: 'Ay, pero tú estás haciendo eso de gratis, a ti no te pagan', pero no...

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