Armatoste

Sofía Irene Cardona

Cuentan que el esperpento que domina la línea del cielo moscovita desde 1998, fue originalmente un monumento a Cristóbal Colón, rechazado por Estados Unidos y España. Sin amilanarse por el fracaso, el polémico escultor Zurab Tsereteli, se agenció una comisión conmemorativa en Moscú, y sustituyó a Colón por la figura del zar. Pedro el Grande, vestido de guerrero romano sobre tres carabelas, se colocó en medio del río Moscova para celebrar los 300 años de la creación de la Flota Rusa. La oposición ciudadana fue tal, que un desesperado grupo intentó volar el monumento con siete cargas de dinamita.

Mientras tanto, cinco estados americanos rechazaron el Colón de Tsereteli por "monstruoso" y "coloso desproporcionado" hasta que Colón arribó, por obra y gracia de uno de nuestros pintorescos alcaldes, a las tierras borinqueñas.

Hace poco se discutía la ubicación de la estatua y parecía que varios políticos del patio consideraban el monumental adefesio un beneficio para su región. El veterano escultor, muy amigo del alcalde de Moscú, conoce el afán de...

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