Aroma Di Caffé busca cautivar al comensal

"Yo fui un estudiante fracasado, fui la peor nota cuando me gradué (de escuela superior). No estudiaba y nadie me dijo nunca por qué tenía que estudiar", narró el joven Miguel Colón, a El Nuevo Día, hoy transformado en empresario y fundador de los negocios Aroma Di Caffé en el área metropolitana.Lo que dijo no fue para alardear o para que le tuvieran pena, sino más bien como para enfatizar que el cambio obró porque alguien creyó en él. Comenzó a estudiar Finanzas en la Universidad Interamericana, pues pensaba que era el camino que lo convertiría en millonario. Como no tenía beca, trabajaba a tiempo completo en un centro terapéutico, propiedad de su abuela Elizabeth Molina, y estudiaba de noche, de 6:00 p.m. a 10:00 p.m.Un buen día, su abuela le propuso un negocio: ella le prestaría el dinero para montar un "coffee bar", si él se comprometía a manejarlo y echarlo hacia adelante. "Nadie había confiado en mí antes. Mi abuela fue la primera que sembró esa semilla, me ayudó a convertirme en un hombre", rememoró Colón.Aceptó la oferta y se fue a una escuela de baristas en Portland, Oregon, donde aprendió el proceso de preparar el café. A su regreso empezó a buscar el local perfecto para montar su pequeña empresa."Quería un lugar que funcionara como sitio de encuentro entre profesionales, que fuera una herramienta que permitiera crear relaciones de negocio, donde inicies tu día enfocado y que provocara que algo bueno pase en tu vida", comentó el joven. Al cabo de nueve meses de búsqueda, dio con ese lugar en Metro Office Park en Guaynabo.Desde enero de 2016, Aroma Di Caffé está en el edificio Valencia, al lado del Banco Popular en el mencionado centro de oficinas. El local, de 850 pies cuadrados, acomoda a 25 personas y opera de lunes a viernes de 7:00 a.m. a 4:00 p.m.El menú ofrece cafés fríos o calientes, desayunos que incluyen huevos en diversas variedades, tostadas, avena, jugo de limón con jengibre o de melón con menta, y también opciones de almuerzos, entre ellas, ensaladas, paninis, una sopa diaria y pizzetas en cinco sabores distintos. La masa de las pizzetas se prepara en el negocio.En dos años repagó el préstamo familiar. "En el 2018 le pagué hasta el último centavo a mi abuela", dijo Colón. Al estar liberado de esa deuda, comenzó a buscar el segundo local para expandir su concepto.Con el objetivo de servir"Estoy en el negocio de ofrecer conveniencia y quería...

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