ANTROPÓLOGO Y ARQUEÓLOGO POR EXCELENCIA

Por Carmen Dolores Hernández

Especial El Nuevo Día

De pequeño tuvo, en su casa de San Juan, un "museíto". Guardaba los artefactos indígenas que encontraba en Hacienda Grande, la finca de su familia en Loíza, y los colocaba en un librero de su padre. Durante sus años universitarios ese interés fue alentado por dos profesores: Sebastián González García y Rafael W. Ramírez de Arellano. El último había establecido un pequeño museo de historia y arqueología y Alegría lo ayudó a organizar ese antecedente del actual Museo de Antropología, Arte e Historia de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

Siendo estudiante, Alegría organizaba excavaciones arqueológicas con amigos como Gino Negretti, José (Chinche) Benítez y Luis Muñoz Lee. Se encaminó a la Universidad de Chicago, cuyo Departamento de Antropología era uno de los mejores de la nación. Tuvo allí profesores notables como Robert Redfield, Fay-Cooper Cole, Sol Tax, Thomas Sebeok y Richard MacNeish y asistió a los cursos del famoso antropólogo Melville Herskovits, estudioso de la cultura negra. Su tesis se tituló "Cacicazgo Among the Aborigenes of the West Indies". La UPR le encomendó una serie de viajes a museos estadounidenses para identificar el material arqueológico puertorriqueño que tuvieran.

En 1949 fue nombrado director del Museo de la UPR y organizó exposiciones de arqueología, de santos y de pintores puertorriqueños. Sus visitas a los museos estadounidenses dieron fruto. Se exhibieron objetos prestados por el Oriental Institute, por el Smithsonian y por el museo de la Universidad de Pennsylvania. Hubo una de antigüedades egipcias donadas por el Museo Peabody de la Universidad de Harvard, entre ellas dos momias.

Alegría organizó el Centro de Investigaciones Arqueológicas y Etnográficas para llevar a cabo "un estudio sistemático y científico de la arqueología puertorriqueña y establecer sus relaciones con las otras Antillas y áreas culturales vecinas". El Centro auspició excavaciones en Luquillo, Loíza, Utuado, Ponce y las islas de Guadalupe y Mona. En Luquillo, encontró una talla en hueso de manatí a la que dio el nombre de "la Venus de Luquillo". Y encontró indicios claros de dos fases de la cultura aruaca: la igneri y la taína.

En 1948 excavó en la cueva María la Cruz de Loíza Aldea, junto a la finca de su familia. En aquel momento aún no había evidencia de los primeros indios que habitaron Puerto Rico, los arcaicos, aunque el Dr. Irving Rouse había...

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