El arquitecto que amó a Josephine Baker, etc.

Por Lilliana Ramos Collado

El libro de Cheng es ejemplo de lo que digo. Especialista en cuestiones de identidad y raza, sus estudios culturales brillan por su ingenio implacable. Hace unos años, un libro anterior -"The Melancholy of Race"- me alertó de propuestas inéditas sobre raza: la melancolía del descastado, del excluido. Su "Second Skin" va más allá y desata nuevos debates sobre el asunto.

Chen intima que, durante el siglo XX, el encuentro del Occidente blanco con el Otro racialmente signado ha convertido al occidental en un ser atento a la diferencia, no sólo porque se esfuerza en marginarla, sino porque no ha podido evitar esa influencia que, a fuerza de su presencia contundente, ha afectado la forma en que la hegemonía ve y ordena el mundo.

Las preguntas de Cheng: "¿Por qué los arquitectos modernos que odian la ornamentación, los tatuajes, y otras marcas eróticas, han decidido pensar las superficies de sus edificios como "pieles"? ¿Por qué los primeros trajes de baño femeninos se parecen a los uniformes de los presos del siglo 19? ¿Por qué las exhibiciones de los museos se parecen a un performance de "burlesque"? ¿Acaso la fascinación del siglo 20 con la transparencia es un placer relacionado con ver hacia adentro o a través de las cosas?"

¡Fueeeeelte! Estamos ante lo que Cheng llama "los misterios de lo visible", y para discutirlos escoge examinar la casa que el arquitecto austriaco Adolf Loos -famoso por su ensayo "El ornamento como crimen"- diseñó (pero no construyó) para la célebre bailarina desnudista americana Josephine Baker, quien tomó por asalto los cabarets de Paris en los "rolling twenties". Loos asistió a una de las funciones de Baker, y el resultado fue el diseño de una casa para "alojar a Baker y vestir a Loos."

Según Cheng, Baker -cuya foto más famosa la muestra bailando desnuda con los brazos en alto, adornado su torso por un largo collar de falsas perlas que exaltaba sus senos y su sexo semioculto bajo una sarta de guineos de metal (chequéenla en Google)- impulsó al austero arquitecto a diseñar una casa con una llamativa fachada a rayas y una enorme piscina interior orlada por pasillos para que el...

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