Arrebatadora y poética pieza de amor

Nueva York- Con la elegancia suntuosa e irresistible de una excelente composición de jazz, el aclamado director Barry Jenkins ("Moonlight") logra que "If Beale Street Could Talk" sea una alquimia agridulce de denuncia y poesía visual.En una era donde la mayoría de los filmes buscan plasmar un lienzo cinematográfico épico que deslumbren al público con hazañas digitales, Jenkins simplifica su manejo de este medio y restaura el poder irrefutable de un "close up". El poder de esta adaptación de la novela homónima de James Baldwin, que comienza a exhibirse hoy en Puerto Rico, reside en la forma en que el director ha convertido la lucha por justicia en una experiencia íntima y visceral para el espectador.Como cineasta, Jenkins es consciente de que hay cientos de historias que han ilustrado los efectos horribles del racismo y es precisamente por esto que el director evita la distancia entre el público y las vicisitudes de una pareja de jóvenes afroamericanos que ven el fruto de su amor descarrilado por una injusticia.Para poder sentir el dolor de Tish (Kiki Layne) y Fonny (Stephen James) de no poder estar juntos cuando este es encarcelado por un crimen que no cometió, Jenkins se encarga de embriagar al público en las emociones intensas de un primer amor. Antes de ser separados, el director se encarga de que cada obstáculo que vencen los protagonistas (los prejuicios de la familia de él, luchar para encontrar su espacio para vivir en su propia comunidad y la sorpresa de un embarazo no planificado) registren intensamente como triunfos.La excelencia del toque de Jenkins está presente en todo lo que se ve en pantalla, pero la cinematografía de James Laxton, la música de Nicholas Brittel y la honestidad emocional de todo el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR