Arte desechable

JUAN ANTONIO RAMOS

ESCRITOR

El público que asiste al "pub" donde se presenta el muchacho, aplaude sus canciones y también las canta. Un amigo le sugiere que muestre sus composiciones a alguien del "show business". El joven artista acoge la idea con agrado y lleva sus letras a un productor de espectáculos, a un "disc-jockey" radial y a un cantante reconocido. Todos elogian su música y le desean la mejor de las suertes.

Sólo el productor de espectáculos baja con la verdad: "Tus canciones están bien trabajadas en términos artísticos pero eso no llega a la gente. No es lo que la gente quiere oír. Ponte a escuchar la música que está pegá en la radio, y presta atención a los vídeos que pasan en la televisión para que entiendas lo que te digo".

El joven cantautor sigue el consejo del productor de espectáculos. Después de escuchar la radio y de ver los vídeos se queda meditando un buen rato. Busca un papel en blanco, se va al baño a evacuar, se limpia el trasero con el papel en blanco, le pone un título, lo firma y se lo lleva al productor de espectáculos. Lo demás es historia.

Incontables éxitos radiales, "grammys" por docenas y nuevas funciones que se abren cada vez que nuestro amigo se presenta en el Choliseo.

El cuentito anterior sintetiza lo que es el arte comercial de hoy. Arte chatarra, arte desechable que se tira al zafacón. No me imagino a los jóvenes de estos tiempos escuchando los éxitos musicales del presente dentro de treinta años. Lo mismo podría decirse de muchos de los libros que se publican y de muchas de las películas que se realizan en la actualidad. El artista de esta época, en su mayoría, crea para el momento, para la moda, para la fama.

"Tú no vales nada hasta que sales en la televisión", afirmaba el personaje interpretado por Nicole Kidman en la visionaria cinta "To Die For" de hace unos años. Hoy esa parece ser la divisa que orienta nuestras vidas. Pregúntenles a las hermanitas Kardashian.

Los concursos para convertirse en cantante famoso de la noche a la mañana llueven. Sin transición, sin quemar etapas, estos jóvenes intérpretes ocupan un primer plano en las noticias mientras se celebra el certamen. Una vez concluye el evento desaparecen del panorama farandulero para dar paso a la siguiente edición de aspirantes a cantantes de fama instantánea y fugaz.

El cantante Luis Enrique dijo no hace mucho que en los tiempos que corren hay más artistas que público. Para que el espectáculo se pueda...

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