'El arte no te salva de la barbarie'

Por Ana Teresa Toro

ana.toro@elnuevodia.com

La posibilidad de un caso de evasión de impuestos abrió la puerta a una investigación que condujo al hallazgo reciente más importante en materia de un capítulo en la historia de la Segunda Guerra Mundial que continúa abierto: el paradero de miles de obras de arte robado o confiscado por los nazis. Se trata de la aparición de alrededor de 1,500 obras, entre ellas aproximadamente 150 cuadros y el resto trabajos en dibujo, serigrafías, acuarelas y litografías, entre otros. De todas ellas, 121 se encontraron enmarcadas y 1,285, sin marco, aunque todo estaba -según las autoridades- almacenado profesionalmente y en buen estado.

La detención ocurrió en el 2010 y el hallazgo en el apartamento de Munich, donde las obras se encontraron en medio de un ambiente paupérrimo de basura y latas de comida expiradas, ocurrió en febrero del 2012. Finalmente, el lunes la información se hizo pública, toda vez que se informó acerca de un proceso de investigación con expertos en arte liderados por la historiadora Meike Hoffmann de la Berlin Free University que ha comenzado un arduo proceso de investigación para ir desentrañando la historia de cada una de esas obras entre las que se encuentran lienzos de Pablo Picasso, Emil Nolde, Henri Matisse, Max Beckmann, Max Liebermann, Chagall, Gustave Courbet, Auguste Renoir, Canaletto y Paul Klee, así como piezas de distintos periodos históricos no todas, necesariamente, vinculadas de manera directa con la apabullante movida de obras de arte durante el nazismo. Incluso, incluye obras tan antiguas como un grabado de la crucifixión de Cristo del maestro alemán del siglo XVI Alberto Durero.

El hombre sin rastro era Cornelius Gurlitt, un muniqués de 80 años, que resultó ser el hijo de Hildebrand Gurlitt, uno de los marchantes alemanes que estaba autorizado por el régimen a tratar con el llamado arte degenerado, obras de arte consideradas por Hitler como producto de una mente degenerada y que habían sido retiradas de los museos alemanes como parte de un proceso de "purificación y purga" ordenado por el gobierno nazi y que ocurrió a finales de la década del 30. De esa manera se llegó a confiscar alrededor de 16 mil obras bajo esa clasificación.

"Arte degenerado no era todo el arte moderno, sino sobre todo el cubismo, el dadaísmo y el surrealismo... Hasta el día de hoy los museos alemanes carecen de colecciones de arte moderno por esa razón. Además, se trata de obras que no se consideran...

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