Artritis reumatoidea

Por Ileana Delgado Castro

idelgado@elnuevodia.com

Hoy, la abogada de 48 años, admite que esos años juveniles fueron los más infelices de su vida. No solo por el dolor que sufría, sino también por todos los cambios y ajustes que tuvo que hacer en su vida y que no le permitieron vivir a plenitud.

Se trata, de hecho, de una enfermedad inflamatoria autoinmune -en la que el cuerpo se confunde y ataca a sus propios órganos-, que va destruyendo los revestimientos de las articulaciones y causa mucho dolor e incapacidad, explica la reumatóloga Yvonne Font, quien destaca que tiende a involucrar manos, muñecas, codos, hombros, cuello, rodillas, pies o tobillos.

"Todavía no se sabe la causa. Pero estamos claros que tiene que haber una base genética. Además, hay algo en el ambiente que lo tiene que activar", indica Font. Precisamente, mientras señala que recientemente se han podido identificar ciertos factores ambientales, como fumar, algunos virus, bacterias e incluso hormonas.

Tampoco hay una cura. Sin embargo, los adelantos médicos en los últimos años han traído unos cambios en cuanto a tratamiento se refiere para aliviar esta dolorosa afección. Otro aspecto importante que ha cambiado, recalca Font, es el énfasis que se hace ahora en el diagnóstico temprano.

"De todas las artritis inflamatorias que existen, el cambio más grande que se ha dado en la última década ha sido para mejorar el tratamiento de la artritis reumatoidea", explica Font, tras destacar que hoy día éste no es ni la sombra de lo que era hace unos años.

"Antes era una sentencia absoluta de que el paciente iba a padecer de una artritis deformante, erosiva y que, posiblemente, terminaba en una silla de rueda o encamado y con una expectativa de vida de 15 años menos", agrega la reumatóloga.

Precisamente, eso fue lo que le dijeron a los padres de Lourdes al momento del diagnóstico. "Dijeron que, posiblemente, a los 20 años, iba a estar en una silla de ruedas", rememora, mientras recuerda que el dolor y la incapacidad llegó a un punto en que casi no podía cargar o agarrar algo por el dolor en las muñecas.

Afortunadamente, ese panorama ha cambiado en los últimos diez años y hoy los pacientes tienen muchas más alternativas que les ayudan a mejorar su calidad de vida. Tan es así que se puede llevar al paciente a lo que los médicos llaman remisión de la enfermedad. Quiere decir que se puede lograr "callar" la dolencia y aunque no se cure, el paciente puede vivir como si no la tuviera.

"Los...

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