Se asoma a su nueva vida

Por Daniel Rivera Vargas

end.drivera2@elnuevodia.com

Así, vio algunas áreas de la mansión ejecutiva que de inmediato le causaron preocupación por su potencial peligrosidad, en particular por los juegos y movimientos que pueden esperarse de unos niños de las edades de sus hijos: Ana Patricia, de 10 años; Juan Pablo, de 8, y Diego Alejandro, de 5.

"Las terrazas son preciosas; tienen unas vistas a la bahía de San Juan, pero no tienen barandas, y, aunque los grandes tienen 10 y 8 años, es un peligro si corren por ahí y se caen al patio interior", dijo en una entrevista exclusiva con El Nuevo Día efectuada en un restaurante del Condado horas después de su visita a La Fortaleza, donde les recibieron el gobernador Luis Fortuño y Lucé Vela.

El espacio que más le gustó, dijo, fue un salón tipo family con vista a la bahía.

"Me dieron un tour por el área de la residencia", contó Pastrana. "El segundo piso ya lo conocía, pero no el tercero".

Explicó que la residencia en La Fortaleza tiene cuatro cuartos, así que cada niño tendría una habitación, como pasaba con los trillizos Fortuño-Vela.

En general, encontró "que está muy linda", pero que también tiene puntos que se pueden mejorar.

"Hay una verja (balcones de la fachada a la calle Fortaleza) que Lucé me hizo hincapié que hay que cambiarla porque está toda podrida", mencionó Pastrana.

En fin, Wilma Pastrana ya tiene trazado un plan sobre el tipo de vida que espera vivir junto con los suyos cuando todos se instalen en La Fortaleza el 2 de enero.

La idea sobre la vida familiar, precisó, es mantener en lo posible la rutina actual: comer todos a la vez en la misma mesa, cero menús especiales, nada de niñeras, salvo en ocasiones particulares, y los niños seguirán en el mismo colegio en Río Piedras, cerca de su abuelo materno, Tomás.

Intentarán llevarlos por las mañanas y los mantendrán en taekwondo.

De hablar pausado y dulce, Pastrana, una contadora pública autorizada (CPA) de 42 años, dijo que también va a ver dónde colocan chorreras y columpios, como en su actual casa de Caguas, la que están contemplando alquilar o vender, y que ella considera quedarse con los mismos contratos de contabilidad -aseguró que no buscará nuevos o que, incluso, podría dejar los actuales- que tiene desde 2010, cuando optó por renunciar a su trabajo para tener más tiempo para sus hijos.

Por otro lado, pese al trato cordial que recibieron en la visita formal, Pastrana reconoció haber sentido algo de incomodidad al tener que...

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