Astronautas

Orlando Alberto Jesús Vélez

Con un aeropuerto alquilado, agencias de gobierno quebradas o en vías de estarlo y un crédito en estado chatarra, últimamente lo único que aparenta aumentar nuestro valor de tasación es repatriar restos de políticos muertos hace siglos o soñar con grandes ligas.

Afortunadamente nos queda la universidad. Ese lugar habitado por los únicos rebeldes que le quedan a este país, jóvenes y no tan jóvenes, que han defendido con su integridad física y sacrificando sus certificados de buena conducta a esa universidad que es hoy lo que es gracias a ellos.

No olvidemos que vivimos en el país en que una representante electa pensaba que Laguerre era un productor de telenovelas. Donde otra buscaba resolver el déficit económico rescatando tesoros náufragos. O sea un país que necesita educación.

Pero también vivimos en el país que produce abogados, doctores, empresarios, contables, humanistas, actores y hasta astronautas que pueden empezar sus vidas profesionales sin deudas impagables.

Todo gracias a esa institución que a veces parece que nos pesa...

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