Un asunto de calidades

ANTONIO GARCÍA PADILLA

decano eméritus de la escuela de derecho de la upr

Los inicios fueron precarios. La Escuela ocupó solo un salón del Memorial Hall de Río Piedras. Matriculaba dieciocho alumnos; solamente tres poseían diploma de escuela superior. El decano, José Benedicto, tuvo a su cargo todos los cursos. Desde entonces, las cosas cambiaron mucho. La Escuela evolucionó hasta convertirse en importante centro de formación de abogados para apoyar las necesidades de nuestra compleja sociedad. Ha cultivado líderes para la política, la administración, la industria, el comercio, el trabajo, las organizaciones comunitarias, la propia academia. Es responsable de un valioso acervo de literatura jurídica. Su revista es la publicación seriada más vieja del país. Auspicia un buen programa de servicios para indigentes.

La Escuela y sus egresados nos han proyectado bien aquí y afuera. Una importante revista en Estados Unidos, recordaba que "la Universidad de Puerto Rico fue pionera al desarrollar un programa de doble titulación con la Universidad de Barcelona". Asimismo, dos de los magistrados de la Suprema Corte dominicana ostentan una maestría en derecho de la UPR.

Pero el centenario no es solamente celebración de logros pasados sino, también, reflexión sobre cómo superarlos en el porvenir. Cara al futuro ya no es cuestión de tamaños. Todavía en 1957, Jaime Benítez alertaba sobre la escasez de abogados en Puerto Rico. Hoy, la cosa es distinta. A 2010, contábamos con más abogados per cápita que 35 estados, no empece que nuestra economía es menor que la de todos ellos. Más que nunca, el énfasis de la agenda recae sobre las calidades.

La abogacía de las próximas décadas deberá acometer difíciles retos...

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