Aventura detrás del escenario

Por Marcos Billy Guzmán

Especial El Nuevo Día

Ese es el día a día de los talentos del espectáculo Saltimbanco, cuyos acróbatas ensayaban ayer sus más retadores actos en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, donde se presentan desde hoy hasta el domingo.

"El espectáculo es muy familiar. Aseguro que todo el mundo se lo va a disfrutar. Saldrán sonriendo de alegría por tantas sorpresas", indica Aruna Bataa sobre la puesta de Cirque du Soleil que realiza hace casi tres años.

Pero la acróbata, quien viene de Mongolia y ha vivido las últimas dos décadas en Brasil, confiesa que "todos los shows son bien intensos y agitados" para sus artistas.

Según ella, protagonizar este tipo de acto despierta "emociones increíbles, pero requiere de una concentración profunda".

"Yo hago balance con mis manos y eso implica un entrenamiento de vida. No puedes empezar de hoy para mañana", comenta. En su caso, señala, "comencé a los siete años. No es fácil, es difícil".

El reto más grande consiste en hacerlo ver fácil. Subraya que en eso radica la meta: "El punto es que se vea cool y tranquilo".

Para lograrlo, los acróbatas deben someterse a largas horas de ensayo. "Entrenamos muchísimo. Podemos estar tres horas ensayando. ¡Tienes que mantenerte en forma!", enfatiza quien cumple el cometido levantando pesas, practicando yoga, sometiéndose a mucho ejercicio cardiovascular y a rutinas para garantizar la flexibilidad.

La buena alimentación también juega un papel importante. Aunque ella se limita a no comer de noche, ni azúcar, Aruna Bataa admite que muchos de sus compañeros hacen "la dieta del tipo de sangre (el grupo sanguíneo define qué comidas aportan menos calorías)".

"Es un estilo de vida... Necesitas todo...

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